Eugenia, vicedirectora, y María José, jefa de estudios, se afanaban a primera hora de ayer, junto a otra decena de profesores, en mantener tranquilos a los 200 alumnos del CEIP Gesta 25 de Julio de La Salud -la mitad de los matriculados en el centro educativo-, de Primero a Cuarto de Primaria y entre 6 y 10 años, que se convirtieron en el público de la obra "Los hermanos Gepetti y sus marioneta de la ópera". La compañía Reciclown Teatro está con ella "de gira" estos días por los colegios de Salud-La Salle, gracias a la iniciativa de la oficina del distrito que preside la concejala Yolanda Moliné.

La cámara de Ángel -involuntario protagonista luego por ser el centro de parte de las payasadas de los maestros de ceremonias, Panchito y Manolete- llamó la atención de los críos. "¿Es la tele"?, preguntaban los hermanos Teresa e Israel. Este último ganó la apuesta: "Ves, te dije que era el periódico", le dijo a ella. Lucas, de 5 añitos se lo pasaba pipa junto a Yaret y Aarón. Todos muy atentos y formales.

El alboroto por la emoción de una mañana distinta dio paso al silencio cuando se abrió el telón. Los payasos Panchito y Manolete introdujeron a las marionetas-cantantes que despertaron el entusiasmo y las palmas de los más pequeños al ritmo de sus canciones. Catherine y Giuseppe, "casi humanos", se rebelaron porque ellas "protagonizan realmente el espectáculo" e intentaron fugarse.

Leonor, Emma, Alba, Yaret, Aarón... Uniformados con el chandal rojo del colegio, siguieron con interés su primera incursión en una función de teatro y se entusiasmaron al desvelarles que al otro día saldrán en la prensa. Lucía, rubia de ojos claros reclama que se añada el apellido para que la reconozcan, mientras su morena amiga lo tiene claro: "Solo hay una Caridad en el colegio y esa soy yo". El gallinero se alborota a veces pero en genera se comportaron bien.

La función acaba con una cerrada ovación. Panchito, Manolete, Catherine y Giuseppe saludan a un público muy especial. Ya lo tuvieron parecido en Los Dragos y Los Verores (Los Gladiolos); próximamente, en El Chapatal, Villa Ascensión, La Salud e Isabel La Católica (El Cabo). Tras la despedida, el colegio recuperó la normalidad de cualquier día.

La docente Eugenia recalca la importancia de estas actividades para su trabajo en un entorno "que no es sencillo" en lo social, el de un barrio de gentes humildes y trabajadoras. Son niños de La Salud, pero también de sitios tan lejanos como Santa María del Mar o Güímar. Siempre, recuerda la profesora, sin parar "con talleres como el de timple que organizamos ahora, los cursos sobre accesibilidad -en ese momento se daban en el patio-, esta iniciativa de hoy (ayer), la radi on line o nuestro propio grupo de teatro".

Un colegio público y de barrio que ayer vivió una jornada especial. Un espectáculo lleno de frescura, humor, diversión y música que sorprendió a los chiquillos. El teatro llegó al cole.