Lo de que el PP va a entrar en el Gobierno es un secreto a voces. Es de esos curiosos secretos canarios que todo el mundo sabe. Lo que pasa es que no está tan claro, por mucho que se dé por hecho. Los populares canarios están por gobernar, pero en un partido jerarquizado el mando es el que decide. Y en este caso, el poder de decisión está en Madrid.

El PP canario sabe que los goles no se meten desde el banquillo, sino en el terreno de juego. Por eso no sólo están dispuestos a firmar un pacto, sino que tienen ya preparado un programa de gobierno y las áreas de las que quieren hacerse cargo. Pero están esperando -y presionando- para que el presidente de la paciencia infinita, el folívoro que se mueve a cámara lenta por la política española convirtiendo en un arte de supervivencia la parsimonia, les diga sí o no definitivamente. ¿Qué ha cambiado para que ahora parezca inminente y posible la entrada en el Gobierno canario? Pues el PSOE. Con Pedro Sánchez al frente del partido, las expectativas de conseguir acuerdos con los socialistas se han acercado al punto de congelación.

Eso es lo que creen los populares en las Islas. Y lo que desean. Pero las cosas no son tan fáciles. Sobre todo cuando está por en medio Coalición Canaria. Los nacionalistas son capaces de venderle una docena de neveras a un esquimal, así que cabría preguntarse qué habrán negociado con Rajoy. Aparte de ordeñar a Montoro, que se ha quedado el hombre con cara de estreñido, podrían haber puesto otras condiciones. Seamos serios: lo de la lluvia de millones es un globo. Dudo que podamos gastar todo lo conseguido antes de que acabe el ejercicio por muchas trampas que hagamos. Piensa mal y acertarás. Igual hay negociadas otras condiciones aparte de las financieras.

El PP ha conseguido el apoyo de Ciudadanos y del PNV, pero si no tiene el voto de Coalición es como si no tuviera nada. Y conociendo a los nacionalistas, es bastante posible que hayan ido a Madrid a decir "si yo te apoyo aquí, tú me apoyas allí". O lo que es lo mismo, que amor con amor se paga. Y si esto fuera así, el PP canario estaría obligado a seguir en la suplencia, apoyando desde fuera al Gobierno de Coalición Canaria.

Los populares de las Islas creen que si se quedan en la oposición podrán comportarse como tal. O lo que es lo mismo, que podrán recordarle al gobierno que están en minoría, aunque sólo sea de cuando en cuando. Pero igual no. Si una mano lava a la otra y Rajoy ha decidido apoyar desde fuera un gobierno de Coalición, habrá una importante frustración en el PP de Canarias. Las expectativas creadas les perjudicarán. Pero si por contra al final entran en el Gobierno, habrá un largo y frío invierno para los socialistas en Canarias, que son, al final, los que les han abierto la puerta. Pero eso sólo sucederá si Rajoy y Clavijo están de acuerdo.