Los únicos "habitantes" de las mesas de trabajo cuando en la habitación no queda ni rastro de vida humana son unos personajes que residen cerca de los teclados. Figuras diminutas como Super Mario Bros de distintas formas y colores; testigos silenciosos de un universo fantasioso que cada día reúne a una treintena de animadores en la oficina que 3 Doubles ha tomado desde hace varias semanas en el corazón de Santa Cruz de Tenerife para montar su base de operaciones. Algo empieza a moverse a partir de las ocho de la mañana, pero la sala de máquinas no está a pleno rendimiento hasta dos horas después. Ese es el margen que existe para acometer las tareas asignadas. Aunque no se aprecien los anclajes y grúas que habitualmente dominan el espacio en las grandes fábricas, aquí todo funciona como si fuera una cadena de montaje en la que no se da un paso sin haber completado las fases anteriores.

El control es diario, aunque la semana siempre comienza con unas pautas marcadas que en ocasiones se modifican en función de las habilidades del animador: lo normal es que el reparto se haga por planos, pero eso no significa que estos no se puedan compartir. A este punto únicamente se puede llegar cuando tienes como base una preproducción bien engarzada. Y es que, a pesar de usar los mismos "software", cada empleado tiene una huella que debe camuflar por el bien del grupo.

Esa lucha titánica por encontrar la uniformidad es la regla principal de todos los movimientos que se ejecutan en el cuartel general de 3 Doubles: el reto siempre es que el espectador no aprecie que el mismo personaje ha sido tratado por varios animadores en dos planos que a la hora de montar la película pueden estar seguidos.

El edificio vibra al paso de dos tranvías que cruzan sus destinos justo delante de una cristalera que abre el campo de visión hacia la plaza Weyler. Uno de los animadores abandona el puesto de trabajo en dirección a una pequeña habitación. En su mano derecha lleva un móvil de última generación. Da la impresión de que se va a tomar una tregua. Nada de eso. Sin tener en cuenta nuestra presencia en una dependencia contigua libre de tabiques comienza a grabarse. Está captando gestos y movimientos que luego reproducirá en su ordenador. Justo en ese instante es cuando el animador se convierte en actor. Todo está perfectamente medido para que un personaje de 50 años no tenga la movilidad de un adolescente.

3 Doubles empleará seis meses en la primera coproducción que cierra con la empresa canadiense Arcana ("The Steam Engines of Oz"). En Tenerife, básicamente, se le pondrán los huesos a los personajes, se llevará la animática al 3D y se cerrarán otros procesos relacionados con la animación. Nada de color, todo en tonos grises. La iluminación, "reding" y composición se hace en Canadá. La alta velocidad con la que se innova en el sector exige un continuo reciclaje que, por ejemplo, en el caso de esta empresa le obligará a introducir unos cambios en el "software" con el que está trabajando los pelos de los personajes de "The Steam Engines of Oz" y los que vendrán con motivo de "Ultraduck".

Hasta que los Grados de Animación comiencen a dar sus frutos en el ámbito universitario -la intención de 3 Doubles es cerrar convenios de colaboración con universidades canarias-, casi el cien por cien de este equipo se formó en academias "online" o realizando varios cursos de animación básica y avanzada: el 30% del grupo es canario, el 80% se empadronará en la Isla y entre los animadores hay un italiano y un portugués.

las cifras

2.500 euros es el precio de cada una de las licencias que ha alquilado 3 Doubles a una empresa especializada. El tiempo estimado de este arrendamiento es de 1 año.

80% del equipo reclutado por 3 Doubles para trabajar en "The Steam Engines of Oz", "Ultraduck" y "The impossi-ble Journey" acumula otras experiencias en películas como "Planet 51" o "Tadeo Jones 2".

30 personas conforman un equipo de animación cuyo 30% ha nacido en las Islas. Seis plazas las cubren en la actualidad jóvenes que rea-lizan prácticas.