El Papa defendió una Iglesia universal donde no haya cristianos de "derechas o de izquierdas" al tiempo que reivindicó que la verdadera "unidad" es aquella donde hay "diferencia". Francisco instó a que se dé "la unidad verdadera", que definió como aquella que "no es uniformidad, sino unidad en la diferencia".

"Nos convertimos en unos seguidores partidistas en lugar de hermanos y hermanas en el mismo Espíritu; cristianos de derechas o de izquierdas antes que de Jesús; guardianes inflexibles del pasado o vanguardistas del futuro antes que hijos humildes y agradecidos de la Iglesia", destacó Francisco durante la misa de Pentecostés.

Ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro, pidió una Iglesia universal en la que no haya "bandos y partidos" y en la que las personas no se endurezcan en "planteamientos excluyentes", "particularismos" o que se consideren "mejores o aquellos que siempre tienen razón".

Así, alertó de la tentación de buscar "la unidad sin diversidad" porque -según defendió- de esta manera "la unidad se convierte en uniformidad, en la obligación de hacer todo juntos y todo igual, pensando todos de la misma manera".

Por ello, invitó a la Iglesia a "pedir la gracia de aceptar su unidad, una mirada que abraza y ama, más allá de las preferencias personales" de manera que se destierren "las murmuraciones que siembran cizaña y las envidias que envenenan".

Para el Papa, ser hombres y mujeres de la Iglesia significa "ser hombres y mujeres de comunión; significa también pedir un corazón que sienta la Iglesia", madre y casa de los hombres: "la casa acogedora y abierta, en la que se comparte la alegría multiforme del Espíritu Santo".

"El Espíritu en cambio nos insta a recorrer la vía de doble sentido del perdón ofrecido y recibido, de la misericordia divina que se hace amor al prójimo, de la caridad que ha de ser en todo momento lo que nos induzca a obrar o a dejar de obrar, a cambiar las cosas o a dejarlas como están".

Momentos antes del rezo del "Regina Coeli", que sustituye al "Ángelus" en tiempo pascual, ante miles de fieles congregados en la plaza vaticana con motivo de la festividad de Pentecostés, en la que los católicos conmemoran la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, Jorge Bergoglio pidió que la paz se instale en el mundo y acabe con "las heridas de la guerra y del terrorismo", y rezó por las siete víctimas mortales y el medio centenar de heridos en los atentados en Londres.

"Que el Espíritu Santo done paz al mundo entero; cure las heridas de la guerra y del terrorismo, que de nuevo, en Londres, ha golpeado a personas inocentes: recemos por las víctimas y sus familiares", dijo el papa.