El 15 de junio de 1977 tuve por primera vez ocasión de depositar mi voto en las urnas para participar en las primeras elecciones generales de la incipiente democracia española. Lo hice emocionado en un colegio público del emergente barrio de El Cardonal, cercano a Taco, municipio de La Laguna, Tenerife, donde vivía por entonces con mis padres y hermanos en un bloque muy cerquita de la iglesia, trabajando como cirujano en la Residencia Sanitaria Virgen de la Candelaria. Mis padres, palmeros de sangre, nacimiento y convicción, de familias de escasos recursos económicos dedicadas a la agricultura en Breña Alta y Velhoco, habían "emigrado" años antes desde Los Llanos de Aridane hacia Tenerife buscando un "mejor futuro" para sus hijos, como tantas otras familias de Tenerife, las islas occidentales y Venezuela, y en esos momentos, mi padre, guardia civil en la reserva, ejercía de conserje en Correos y Telégrafos de la plaza de España en Santa Cruz de Tenerife, mientras mi madre atendía las tareas del hogar.

Cinco años antes había finalizado la carrera de Medicina en Cádiz, y lo que sí tenía muy claro cuando elegí el voto es que no sería para nada ni nadie que se pareciera a los herederos del franquismo que tanto habían complicado la vida a los españoles de buena voluntad, pero que, pese a aquel régimen dictatorial, a base de mucho esfuerzo y ayuda de mi familia, que aunque veían como meta muy difícil ser médico, se consiguió, siempre con el objetivo de ayudar a mi familia, a mis paisanos y ser útil a la sociedad.

Las urnas optaron por el "centro" que representaba un hábil exfranquista, Adolfo Suárez, y la Unión de Centro Democrático, para vivir en libertad "sin ira", penalizaron el antifranquismo del Partido Comunista de Santiago Carrillo, y anunciaron la alternativa de futuro de Felipe González y el Partido Socialista Obrero Español. Habían pasado 41 años desde que los españoles votaron por última vez en 1936, antes de la Guerra Civil que destrozó España. Poco antes, a escasos dos meses, el 7 de abril de 1977, el PCE había sido legalizado, regresando del exilio figuras emblemáticas de la resistencia antifranquista como Dolores Ibárruri, Santiago Carrillo y Rafael Alberti. Creímos entonces que España ya estaba en Europa, pero no. Aunque dos años antes había desaparecido el dictador, hubo que convivir hasta entonces con unas Cortes franquistas reticentes, si bien la lucha por la democracia de acuerdo con una inteligente Transición consiguió una ley de reforma política en 1976 que permitió unas elecciones que el pasado jueves cumplieron 40 años de vida. Para ello, el príncipe Juan Carlos de Borbón había tenido que jurar en las Cortes franquistas lealtad a Francisco Franco, y fidelidad a los principios del Movimiento y a las Leyes Fundamentales del Reino, ante la vigilante mirada del dictador, que se había alzado contra el Gobierno constitucional de la II República el 18 de julio de 1936.

En 1977 se firmó la ley de amnistía, y en las calles la oposición pedía a gritos "libertad, estatuto de autonomía y amnistía" para presos políticos y sindicalistas, acabar con las torturas y abolir por ley las penas de muerte, que no cesaron hasta poco antes del fallecimiento de Francisco Franco, que pese a su avanzada enfermedad, las siguió firmando. Gracias a esa ley avanzó la Transición de la férrea dictadura a la joven democracia, con gran esfuerzo desde partidos que, como el PCE y el PSOE, tanto sufrieron el franquismo.

Las elecciones de hace 40 años dieron la victoria a la UCD, favorecieron al PSOE y castigaron al PCE y a la Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne, plagada de exministros franquistas, con lo que la redacción de la Constitución de 1978 se hizo con el mismo peso político del PCE (el antifranquismo) y AP (el búnker franquista), con lo que el éxito estaba garantizado al coincidir UCD y PSOE, no teniendo otra opción el PCE y AP que sumarse, renunciando expresamente a la República y optando por la Monarquía parlamentaria, o sea, por la reforma en lugar de la ruptura.

*Senador del PSOE por Tenerife en las VIII y X legislaturas

@JVGBethencourt

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