No es una ciencia empírica ni ningún científico, en ningún momento de la historia, ha avalado jamás la teoría por la cual la posición de los astros en el momento del nacimiento determina el carácter de las personas, pero la astrología sigue estando ahí y a través de sus herramientas se redacta el horóscopo semanal de cientos de miles de publicaciones en los que mucha gente recala buscando algún tipo de signo que le dé una alegría o significado al día, porque hay quien puede determinar sus acciones en función de estos consejos.

El psicólogo y filósofo Carl G. Jung (1875-1961) fue uno de los primeros intelectuales modernos en acercarse a la astrología, y si bien siempre dejó claro que racionalmente no se puede creer en la influencia de las estrellas sobre las personas, si entendió que la astrología no deja de ser un método para el conocimiento personal y del entorno desde la intuición, lo cual no deja de ser un juego que se puede convertir en peligroso solo en el momento en que se dé carácter de sentencia inamovible a lo que se deduce de estas técnicas intuitivas. El presidente de los EEUU Ronald Reagan ejerció todo su mandato consultando a un astrólogo. Esta es la forma VIP de la consulta del horóscopo diario.

Los grandes periódicos nacionales salvo excepciones siguen publicando a diario unos consejos que se determinan según la posición de los astros sobre los signos, aunque a este respecto los escépticos preguntan a los astrólogos porque no varían los mapas de sus cielos a medida que aparecen nuevos planetas. Pero estos mapas astrológicos han tenido siempre sus propias variantes que no se corresponden con el posicionamiento real de los astros en el cielo y en las cartas astrales se encuentra su propia mitología, que habla de puntos inexistentes en lo físico, tales como el Nodo o la Luna Negra. Todo un mundo de subjetividad rodea a la astrología que cuenta con un imaginario místico propio.

Las características de los signos del zodiaco parten de definiciones concretas apenas modificadas desde antiguo. Así, los nacidos bajo el signo Aries, el primer signo de la rueda del zodíaco suelen serlíderes, tenaces, brillantes y entusiastas. Estas caracteristicas se adecúan también a los géneros y hasta a las edades y por eso existen interpretaciones sobre la personalidad en hombres, mujeres y niños.

Como el ser humano busca siempre una respuesta a una pregunta inconcreta en la que demanda cierta seguridad sobre su existencia, la astrología se aviene perfectamente a esta necesidad, ya que puede dar interpretaciones que agraden a cualquiera.

Y si las características de cada signo sirven para darse idea del carácter de una personas aunque sea a grosso modo y partiendo de características comunes más o menos hinchadas pero determinadas, lo que más parece que interesa a la gente es la compatibilidad entre signos. En el trabajo, en el amor, en las relaciones familiares, los seres humanos queremos saber como es a priori la relación con las personas de nuestro entorno y para esto nos servimos de la astrología.

Creer o no creer: La astrología como expresión espiritual

Muchas veces nos preguntamos los unos a los otros si creemos o no en la astrología. Partiendo de una acepción que da la Real Academia de la Lengua Española al verbo creer, que es la de dar verosimilitud a algo, podemos afirmar que las creencias sobre la astrología son del todo irracionales puesto que no parten de una evidencia. Lo mismo ocurre en la creencia a ciertas religiones, a partir de un hecho irracional como creer en algo que no está demostrado se puede llegar a crear una relación racional con la creencia e incluso de negocio.

La proliferación de astrólogos ha ido en paralelo a la expansión de Internet y cada vez son más los usuarios que consultan astrólogos online, solicitan su propia carta astral e investigan sobre ello, o simplemente cotejan las páginas webs en las que se da cuenta de cómo serán las relaciones amorosas entre personas de determinados signos.

¿Quién no ha construido su imaginario particular a partir de las definiciones de carácter que dan los signos del horóscopo?Los astrónomos seguro que no. Estos profesionales del mundo en el espacio son los más reacios a aprobar la astrología como técnica para algo, y ellos si usan elementos empíricos, porque ¿Se han encontrado a dos personas en el mundo, nacidas el mismo día con la misma personalidad y semejante destino?

Estas preguntas parecen no importar a los cientos de miles de consumidores de servicios astrológicos que en la actualidad pueden resultar gratuitos si se realizan de manera online.

En el mercado podemos encontrar artículos con las imágenes de la simbología de los signos del zodiaco, que se siguen grabando en las joyas a petición de los clientes, porque hay mucha gente que enarbola las características de su signo al presentarse y pueden llegar a afirmar cosas como. Yo soy así, muy Capricornio, como si todo el mundo supiera de qué se habla y para subrayar lo que se quiere destacar de uno mismo.

Que la astrología forma parte de la cultura occidental es un hecho, pero nunca tanto como lo es la astrología china en su país, donde llega a tener el carácter de religión. Los astrólogos chinos dividen a los humanos según las características de ciertos animales y todas estas herramientas o supersticiones siguen formando parte de nuestras vidas aunque solo sea por el rato que pasamos leyendo el horóscopo diario buscando una señal.

Pero no hemos de olvidarnos de las predicciones del astrólogo y matemático Nostradamus o de que la astrología lleva ya más de tres mil años entre nosotros desde que los Caldeos, venidos de Babilonia, empezaran a dar un sentido concreto a ciertos planetas. Desde entonces esta pseudociencia ha tenido mucho protagonismo en los acontecimientos históricos, ya que durante siglos los astrólogos tuvieron una gran ascendente sobre los reyes y gobernante que escuchaban y valoraban sus consejos.

Los reyes españoles y en concreto los Borbones siempre estuvieron rodeados de astrólogos y demás adivinos, aunque es improbable que esta práctica esté extendida hasta el dia de hoy, si bien nunca lo sabremos, porque las creencias forman parte de lo más personal y la astrología, si nos ceñimos a la evidencia, forma parte de ellas.