La Masonería, lastrada durante siglos por un secretismo que la llevó a ser tachada de secta y hasta propició que fuera objeto de una leyenda negra que le atribuía prácticas oscuras, apuesta en estos tiempos por una apertura que cree que "ha beneficiado totalmente" a ese movimiento.

"Cuanto más nos abramos mucho mejor, porque, al final, la gente tiene una imagen extraña de la Masonería por desconocimiento, y el desconocimiento es culpa nuestra, de los masones, porque no hemos sabido explicar realmente qué hacemos y qué somos, y no hemos mostrado ese orgullo de nuestra condición", ha dicho hoy el gran maestro de su Gran Logia de España, Óscar de Alfonso. Y ha insistido: "Cuanta más nos abramos a la sociedad, mucho mejor, para la sociedad y para nosotros".

El gran maestro de la Gran Logia de España ha hecho estas declaraciones antes de participar en Las Palmas de Gran Canaria en un desfile que conmemora los 300 años de la Masonería moderna, con un recorrido por el barrio histórico de Vegueta que ha incluido una ofrenda floral ante el busto que recuerda a uno de los masones que fue alcalde de la ciudad, Antonio López Botas (1818-1888).

De Alfonso ha argumentado que prueba de lo bueno que les ha resultado abrirse a la sociedad es el crecimiento que ha registrado el número de miembros de su organización, que era de 1.900 en 2010 y en la actualidad ha llegado a más de 3.100, logrando así acabar con un "techo de cristal" que había existido tradicionalmente.

"Antes nunca llegábamos a 2.000 y ahora hemos superado los 3.000", ha precisado, "orgulloso" de eso haya ocurrido durante su etapa al frente del movimiento.

Además, ha valorado que ese avance ha sido posible porque la nueva postura de la Masonería española ha permitido que deje de ser considerada "una sociedad secreta".

Hasta el punto de que "hemos adelantado en que los libros de Masonería ya no nos los colocan en la sección de sectas en las librerías, sino que ya los ponen en filosofía o en historia", ha apostillado.

No obstante, ha matizado que, en cualquier caso, sigue siendo "una sociedad discreta", cuyos integrantes no pueden desvelar cuáles son sus rituales ni tampoco identificar a ningún otro masón sin su permiso.

Ello no impide que los que lo deseen hagan pública su condición, como han demostrado hoy varias decenas de ellos que han participado junto a su gran maestro en un desfile organizado para celebrar los tres siglos de historia de la masonería moderna en Las Palmas de Gran Canaria.

Un enclave que ha dicho que se ha escogido para ese acto por varias razones, como que es una ciudad que ha tenido a cuatro masones como alcaldes (el último en reconocerse como tal fue Jerónimo Saavedra) y cuyo patrón es el mismo que el del movimiento que él encabeza, San Juan, así como que se trata de una capital que celebra su fundación el 24 de junio, la misma fecha en que se conmemoran los 300 años de la masonería moderna.

"Así que el mejor sitio de España para celebrarlo tenía que ser Las Palmas de Gran Canaria", ha concluido.

Óscar de Alfonso ha añadido que también se ha querido reconocer la circunstancia de que, en general, Canarias es un territorio que "ha acogido a la masonería estupendamente", algo que ha hecho que sea "una de las mejores provincias masónicas que hay" y donde "el crecimiento de miembros es absolutamente exponencial".

Reflejo de ello es que en la actualidad la Gran Logia de España cuenta con "más de 450 hermanos en toda Canarias, 225 en Tenerife y el resto en Gran Canaria", ha informado.