Ellos están cansados y hacen un llamamiento casi desesperado, con mucha sorna e ironía, pero en serio: "Se busca dueño para la carretera". Los que elevan la voz son algunos de los vecinos de la urbanización Costanera, en el municipio de El Rosario, y se refieren al estado en el que se encuentra su vía principal de acceso desde el pulpo de Radazul, la denominada TF-295.

Y parece ser que se trata de una carretera huérfana porque tanto el Cabildo de Tenerife como el Ayuntamiento de El Rosario aseguran que no tienen las competencias de su mantenimiento, "echándose el muerto el uno al otro".

Y ya están cansados, muy cansados. Y buena muestra de ello es que existe un grupo de residentes que están promoviendo una colecta para la contratación de una empresa de jardinería especializada con el objetivo de adecentar los casi 700 metros lineales que tiene la vía "sin padre". Precisamente, hace unos días ya pidieron los primeros presupuestos y se encuentran a la espera de que se les pase las condiciones.

De forma unilateral, y al ver que las administraciones se pelean para no hacerse cargo del problema, tomaron una iniciativa que tiene como prioridad "sacar los colores a los políticos, que tienen una cara que se la pisan".

¿Y qué es lo que pasa con esta calle? Pues esa indefinición de las competencias derivadas de la entrega de la urbanización y los cambios de denominación han provocado que se encuentre en "tierra de nadie" y que las malas hierbas hayan invadido por completo los márgenes de la carretera en discordia, la TF-295.

Principalmente, el famoso rabo de gato es el innegable protagonista, aunque hay otros matos que alcanzan incluso los dos metros y medio de altura que da buena cuenta del tiempo que llevan esos márgenes abandonados.

Se da la circunstancia que existe acerado y en algunos puntos el paso es posible aunque con el incordio de estar dando patadas a cualquiera de las plantas que se han afianzado allí.

Apuntan los denunciantes la existencia, incluso, de un árbol que invade una parte de la carretera en sentido hacia la rotonda de Radazul en un cambio de rasante, "un punto muy peligroso", advierten con vehemencia.

Desde luego "la imagen es lamentable", explicaron los vecinos que ya se encuentran hartos de que Cabildo y ayuntamiento se pasen la pelota el uno al otro.

Sin duda la solución tiene que pasar por hacer la colecta y gastarse las perras en un jardinero: "Manda narices", dicen.