A día de hoy, descubrir un cáncer de próstata es una tarea que se hace a ciegas y de manera muy invasiva. Este método, que se basa en realizar múltiples biopsias -la extracción de tejido de alguna parte del cuerpo con agujas- de manera aleatoria, provoca costes y complicaciones que se podrían ahorrar si se repensara el método.

Es de lo que se ha percatado un equipo multidisciplinar perteneciente a los servicios de Urología y Radiodiagnóstico del Hospital Universitario de Canarias (HUC), que se han unido con el objetivo de mejorar y hacer más eficiente el diagnóstico del cáncer de próstata.

Pero para entender el paso que han dado, y que además ha sido premiado por la Asociación Española de Urología como la "Mejor comunicación" este año, hay que saber qué método se sigue actualmente para descubrir un cáncer de próstata.

Primero, el médico de cabecera, se encarga de hacerle a cualquier varón mayor de 40 años una prueba que busca el nivel de antígenos prostáticos específicos (PSA) que hay en la sangre. "El PSA es una proteína producida, casi exclusivamente, en la próstata y su determinación es la prueba diagnóstica objetiva de mayor ayuda para establecer la sospecha de cáncer de próstata", explica Ana Plata Bello, médico adjunto del Servicio de Urología del HUC y una de las firmantes del trabajo.

Sin embargo, esta prueba no es la panacea, pues también lleva consigo algunas desventajas. "Algunas circunstancias pueden alterar los valores de PSA, creando situaciones de falsa alarma", explica Plata. Esto ocurre porque el aumento de esta proteína en la sangre también puede deberse a una infección urinaria, inflamaciones prostáticas o por los procedimientos invasivos que se hayan podido llevar a cabo durante la analítica.

Tras esta prueba que, como se ha visto, no es la del algodón, si hay un alto contenido de PSA en sangre se deriva al paciente al servicio de Urología. Allí se realiza un tacto rectal y una entrevista clínica con el paciente. Si finalmente, el profesional lo ve conveniente, se realiza una biopsia en la próstata "a ciegas". "Se toman muestras de diferentes partes de la próstata sin saber previamente dónde puede estar el tumor", explica Plata, lo que es, sencillamente, como buscar una aguja en un pajar.

De esta manera, se puede dar el caso que, a una persona que no tenga un tumor muy grande o directamente, no tenga nada, se le haya realizado una técnica muy invasiva y que lleva consigo complicaciones como infecciones.

Por último, si sigue sin encontrarse el tumor, se realiza una Resonancia Magnética, que determinará directamente dónde se encuentra el tumor.

Lo que se puede sacar en claro de este proceso, es que realizar la Resonancia Magnética en primer lugar, podría haber ahorrado una invasión a la próstata del paciente, además de ahorrarle realizar una biopsia tres o cuatro veces sin resultado. Es una conclusión a la que también han llegado los autores de este proyecto y que se está comprobando por primera vez en España.

El estudio acabará a finales de 2017, pero hasta ahora, ya han conseguido un muestreo de 350 pacientes urológicos. De tal manera que se dividen en dos grupos: uno de ellos sigue el procedimiento habitual, mientras que otro se realiza primero la Resonancia Magnética.

Los resultados ya son tangibles y se estima que esta podría ser una revolución para el único cáncer que no tiene, a día de hoy, un método propio e infalible de diagnóstico.

El cáncer más frecuente

En varones, el cáncer de próstata es el que más incidencia tiene y, en Canarias se estima que 78 de cada 100.000 habitantes lo padecen. No obstante, es una enfermedad curable siempre que se siga un diagnóstico precoz y eficaz. Además, no todos los cánceres de próstata son iguales, "algunos son gatitos y otros tigres", explicó Tomás Concepción, jefe del servicio de Urología del HUC. Esto significa que no todos son mortales, ni todos inciden igual en la salud del paciente. "Los más pequeños hay veces que no los tratamos, solo hacemos seguimientos, porque muchas veces no llegan a crecer", insistió Concepción.