La convocatoria, espontánea y con las redes sociales como vehículo de difusión, se produjo apenas unos minutos después del enorme varapalo sufrido en Getafe. El no ascenso desató una reacción de orgullo por una plantilla que lo había dado todo en el intento y algunos aficionados empezaron a pedir un caluroso recibimiento a su llegada a Los Rodeos. La cita era cerca de las dos de la tarde en el aeropuerto, pero desde una hora antes comenzaron a llegar seguidores blanquiazules.

Cuando el chárter en el que volaba la expedición blanquiazul con casi 200 hinchas más aterrizó ya se vislumbraba que algo iba a ocurrir. Una rápida consulta a twitter o los mensajes de familiares y amigos alertaron que aquello iba a ser especial. Las medidas de seguridad recomendaron que el grupo saliera junto. Las caras no eran distintas a las que apenas 16 horas antes habían dejado ver en el Coliseum. Lágrimas, tristeza y algo más de cansancio por una noche casi en vela. Era lo que predominaba en los jugadores.

Una vez estuvo preparado el despliegue, la salida. Algunos como Raúl Cámara, Carlos Ruiz y Dani Hernández no pudieron contener las lágrimas. Los cánticos de "no nos vamos a rendir" o "volveremos a intentarlo" se mezclaron con el más emocionante para la plantilla: "orgullosos de estos jugadores". El capitán Suso Santana se mordía la lengua para aguantar el tirón y agachaba la cabeza agradeciendo el apoyo. Algunos, como Alberto o Vitolo, hacían verdaderos esfuerzos para aceptar fotos o saludos.

Así se fue sucediendo la salida de toda la expedición, con Miguel Concepción y todo su consejo de administración al frente. Antes que ellos salieron el presidente del Gobierno de Canarias Fernando Clavijo y el del Cabildo Insular de Tenerife Carlos Alonso, junto al director general de Deportes José Francisco Pérez y la consejera insular del mismo ramo Cristo Pérez, que ya confirmaba la recepción de hoy en la Corporación Insular.

Será el único acto institucional de la plantilla, que se despedirá con un almuerzo y que se marcha de vacaciones habiendo conquistado el corazón de su gente.