Nada va a solucionar ya la reflexión sobre lo vivido en el Coliseum Alfonso Pérez el pasado sábado, porque el resultado es inamovible, pero resulta imposible no detenerse en varias circunstancias que favorecieron claramente al Getafe en la eliminatoria. Para empezar, los comités. O para ser precisos, el de Competición. Portillo y Dani Pacheco, decisivos el pasado sábado, no debieron jugar ese encuentro de vuelta ante el Tenerife por sanción.

El primero de ellos fue amonestado en los tres encuentros anteriores, lo que acarreaba suspensión. Pero Competición le retiró la primera de las amarillas. Pudo jugar. Lo de Pacheco fue todavía más grave. Fue expulsado en la vuelta contra el Huesca por protestar en el banquillo y su club presentó alegaciones. Se le sancionó con un encuentro y el Getafe insistió en Apelación. El fallo fue contundente: "La conducta del jugador Sr. Pacheco Lobato, más que contraria al buen orden deportivo, como fue considerada por el órgano de instancia y sancionada en base al artículo 122 del Código Disciplinario de la RFEF, fue una protesta al colegiado, infracción de la misma naturaleza que la impuesta, esto es, leve, pero con diferente sanción, pues le corresponde una suspensión mínima de dos partidos. Dado que este Comité de Apelación no puede aumentar la sanción en virtud del principio reformatio in peius, debe confirmarse la sanción impuesta de tan solo un partido de suspensión".

Pacheco jugó contra el Tenerife y el destino quiso que marcara dos de los tres goles que dieron el ascenso a Primera División a su equipo. Pero los blanquiazules se quejan de más. Para empezar, del colegiado. Dos jugadas puntuales centran el enfado con Eduardo Prieto Iglesias: un fuera de juego inexistente de Tyronne en situación inmejorable para "regalar" el gol a un compañero. Entraban Choco y Amath al remate y con ventaja. La otra, la durísima entrada de Sergio Mora a Aarón Ñíguez. Una acción de roja directa que el árbitro navarro zanjó con una simple amarilla.

Por si fuera poco, las pérdidas de tiempo. Entraban en el guion y en el oficio del conjunto getafense. Pero las asistencias entraron hasta en nueve ocasiones durante la segunda parte. De 45 minutos, solo 18 fueron de juego efectivo. Prieto dio cinco de prolongación, dos de ellos con Guaita en el césped. Desesperante si tienes la necesidad de hacer un gol.