Banderas de la UGT y la CNT a la entrada de la instalación, enarboladas por un grupo de treinta personas entre sindicalistas y trabajadores. Eran los síntomas, a primera hora de la mañana de ayer, de la jornada inicial de paros intermitentes de la plantilla de 31 empleados -monitores, personal de mantenimiento, limpieza y atención al usuario- que se encargan de la piscina Dácil Cabrera Flores de Añaza. Están de huelga por dos razones. Por un lado, porque "la empresa no paga en tiempo y forma; por ejemplo, el mes pasado fue el día 16. Primero las nóminas más bajas y luego el resto". Por otra parte, "el mal estado de las instalaciones, que no se renuevan desde que se inauguró el recinto; a finales de este 2017 serán ya nada menos que once años".

"Esto está muy mal, cada día peor, en deterioro progresivo. Y lo digo yo que llevo seis años viniendo". Lo asegura Antonio, uno de los usuarios. Él y otros firmaron el manifiesto bajo el lema "Hacemos huelga para mejorar la piscina". Algunos, sin embargo, pasaron de largo y fueron "a lo suyo", como otro día cualquiera.

Marlene y Susana son monitoras y llevan allí "desde el principio". Además de reivindicar "que nos paguen del 1 al 5 como establece la ley", enumeran las deficiencias: "El suelo está levantado, hay humedades, la ventilación no es la correcta y no se repone el material. De hecho, es el mismo que hace once años, ya entonces de segunda mano. Parcheamos la maquinaria pero ya es imposible. De 25 bicicletas de spinning quedan once y de aquella manera. Y de las cinco cintas solo funcionan dos. Hay riesgo para todos".

De momento los paros se harán esta semana durante una hora diaria. Lunes y jueves, de mañana, y martes y miércoles, de tarde. Si no hay respuesta de la empresa, "tomaremos otro tipo de medidas".

Fuentes sindicales explicaron que "hubo un acuerdo hace un año pero la empresa no ha cumplido, con irregularidades en el pago los últimos seis meses". Esa empresa, añaden, "es Santana Cazorla, que ganó la concesión como UTE con Gestión Activa Añaza; esta se retiró hace unos años". Desde agosto de 2016, cuando acabó la concesión por diez años, la gestión está prorrogada.

El manifiesto hace hincapié en que la situación "también afecta al usuario" por la falta de mantenimiento y lo completan con una encuesta sobre el servicio.

Diego Corchado, director, y Vanesa, subdirectora, afirmaron ayer ser también "trabajadores" y afectados aunque desde el sindicato CNT señalaron que "ellos son también responsables".

Los trabajadores resumen: "De más de 4.000 usuarios iniciales hemos pasado a menos de 1.800".

Recuperar la concesión

El Ayuntamiento de Santa Cruz mantiene en principio el compromiso de asumir directamente la gestión de la piscina Dácil Cabrera Flores de Añaza y desde el OAD aseguraron hace unos días a los sindicatos que "se encuentran ahora inmersos en la elaboración de los pliegos de condiciones para sacar el concurso en principio en octubre". Además, siempre según fuentes sindicales, "se pusieron en contacto con nosotros cuando avisamos de los paros y nos dijeron no entender los retrasos porque ellos están cumpliendo en el pago a la empresa. El que supuestamente no hayan cumplido es uno de los argumentos para el retraso en los pagos a los empleados". Desde la UGT, en concreto, afirmaron que "es una opinión, pero nosotros pensamos que están utilizando a los trabajadores como una especie de arma arrojadiza contra el Ayuntamiento de Santa Cruz".