Los científicos saben que si quieren descubrir indicios de vida fuera del sistema solar la óptica adaptativa es imprescindible para que telescopios del futuro corrijan en tiempo real la turbulencia atmosférica y realicen los programas relacionados con la obtención de imágenes directas de planetas habitables.

Esa y otras cuestiones "críticas" para la óptica adaptativa de la próxima generación de telescopios, los extremadamente grandes, con diámetros superiores a los treinta metros, se abordan en un congreso que tiene lugar en Tenerife, explicó a Efe la física Icíar Montilla, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Doctorada en óptica, Icíar Montilla recordó que la óptica adaptativa ya se utiliza en los telescopios actuales, cuyos diámetros no superan los diez metros y, si bien en los del futuro el sistema óptico será básicamente parecido, la complejidad para evitar las turbulencias que origina la atmósfera será mucho mayor.

El IAC aborda en un congreso la óptica adaptativa de la nueva generación de instrumentos

Como ejemplo explicó que, aunque la turbulencia de la atmósfera será la misma para un telescopio de diez metros que para uno de treinta metros, si la turbulencia es de diez centímetros, la relación de tamaño es mayor para el telescopio de treinta metros, y por ello se hace más compleja la "corrección" para alcanzar la resolución máxima del telescopio.

Icíar Montilla, principal organizadora del congreso internacional, comentó que para los telescopios del futuro es preciso resolver cuestiones como que las correcciones de la turbulencia requieren unos cálculos muy complejos y deberán hacerse muy rápido.

Y no se sabe si los ordenadores del futuro tendrán capacidad para llegar a la velocidad de cálculo necesaria para obtener imágenes con nitidez cuando estén listos esos telescopios.