Jordi Jané abandona la volcánica cartera de Interior tras dos años en los que ha imprimido un talante pactista, ha batallado para alejar a los Mossos d''Esquadra de la pugna partidista del proceso independentista y ha reforzado la integración de la policía catalana en organismos clave estatales.

Jané asumió la consellería de Interior casi por accidente en junio de 2015, tras la repentina marcha de los miembros de Unió en el último gobierno de Artur Mas, por sus discrepancias con la hoja de ruta soberanista, y la deja a menos de tres meses de la fecha anunciada para el referéndum independentista del 1 de octubre.

Paradojas del destino, cuando Jané llegó al cargo se fijó como principal objetivo poder celebrar la Junta de Seguridad de Cataluña, que no se reunía desde 2009, y finalmente solo ha perdurado en el cargo cuatro días tras la cumbre, en la que se acordó integrar a los Mossos d''Esquadra en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo (Citco) y la Mesa de Evaluación del riesgo terrorista.

Objeto de recelo por parte de los sectores más netamente independentistas del Govern y de la mayoría parlamentaria de JxSí y la CUP, Jané ha librado una dura batalla durante estos dos años para dejar a los Mossos d''Esquadra fuera del foco de las tensiones cuando se cuestionaba a quién obedecerán los agentes si se les ordenaba intervenir para evitar el referéndum anunciado para el 1 de octubre.

Finalmente, Jané ha optado por dejar el cargo, tras considerar que ha cumplido una etapa en la que, según destacan fuentes de su entorno, entiende que ha sido absolutamente leal al presidente Puigdemont y a las instituciones catalanas.

Tras los últimos meses en el Govern de Artur Mas, Jané se mantuvo en el cargo cuando JxSí y la CUP invistieron a Puigdemont, ante lo que se fijó un ambicioso plan, que no ha podido completar, para que los Mossos arrebataran a la Policía Nacional y la Guardia Civil competencias en Extranjería, control de Puertos y Aeropuertos y de Armas y Explosivos.

Por el contrario, en la Junta de Seguridad del pasado lunes se acordó integrar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil en el centro de atención y gestión de emergencias 112, en lo relativo a las competencias que tienen encomendadas.

Tampoco ha tenido éxito Jané en otra de las reivindicaciones históricas del cuerpo de los Mossos d''Esquadra, que hizo suyas, como que la policía catalana tuviera una presencia directa en Europol o Interpol, si bien en la Junta de Seguridad se acordó crear un grupo de trabajo para evaluar la conexión con Europol.

Por contra, Jané sí que ha podido desbloquear asuntos que llevaban encallados desde hace años, especialmente con la reciente convocatoria de 500 agentes para los Mossos d''Esquadra, la primera desde el año 2011, y el acuerdo sobre la nueva uniformidad, con elementos comunes entre la policía catalana y las policías locales, para avanzar en la vieja aspiración de crear una "Policía de Cataluña".

Además, durante su mandato se ha mantenido la reducción de la siniestralidad viaria -una de sus obsesiones desde que como diputado en el Congreso presidió la Comisión de Seguridad Vial-, si bien no ha podido lograr, como pretendía, que la Generalitat regulara los permisos de conducir.

El carácter conciliador de Jané se vislumbró nada más llegar al departamento, cuando impulsó el pacto extrajudicial para indemnizar a Esther Quintana, la mujer que perdió un ojo al recibir el impacto de un proyectil disparado por la policía catalana.

Durante su mandato, el conseller ha lidiado también con la amenaza yihadista, por lo que ha tenido que aprobar dos planes de contingencia de 11 millones de euros -uno en 2016 y otro en 2017- para pagar las horas extra en patrullaje y la compra de armamento y chalecos antibalas para todos los agentes.

En consonancia con el criterio del director de los Mossos, Albert Batlle -también en el punto de mira de sectores de ERC y la CUP-, Jané ha recuperado la figura del "mayor" en los Mossos d''Esquadra para nombrar a Josep Lluís Trapero, un comisario de la absoluta confianza de Puigdemont, con quien compartió en verano pasado la paella entre amigos que la tertuliana Pilar Rahola divulgó en las redes sociales.

Jané, nacido en 1963 en L''Arboç (Tarragona), está casado con Margarida Gil, que la semana pasada fue designada nuevo miembro del Consejo de Garantías Estatutarias, tras ejercer desde 2011 como jefa del gabinete jurídico de la Generalitat.