Mientras que la alta cocina ha evolucionado a un ritmo casi frenético en las últimas décadas, sus autores siguen vistiendo chaquetillas que apenas han cambiado desde el siglo XIX. El modisto Juan Duyos y la Guía Repsol se han aliado para revolucionarlas en diseño y tejido.

Con excepciones como las de Alberto Chicote y sus coloristas chaquetillas de Ágata Ruiz de la Prada en "Pesadilla en la cocina", o la ganadora de "Top Chef" Begoña Rodrigo, quien estiliza su figura con las "chaquetillas corsé" de Uniformes Roger, la vestimenta de los cocineros se mantiene prácticamente invariable desde que Carême la creó a mediados de 1800 y Escoffier organizó las cocinas como una brigada militar.

Por ello la Guía Repsol propuso al diseñador Juan Duyos, habitual de la Pasarela Cibeles, el "reto" de "evolucionar" esta prenda, uno de los encargos que ha recibido "con más ilusión", reconocía hoy durante su presentación en Madrid.

"Visualmente siempre me ha llamado la atención la desproporción de las piezas de la chaquetilla, con un cuello mao complicado y unas trabillas de origen militar que sobraban. Me parece curioso que evolucionen la cocina pero salgan a saludar al comensal con una chaquetilla descuadrada", ha manifestado el creador.

Así que, con el asesoramiento del cocinero Diego Guerrero -para cuyo DSTAgE, con dos estrellas Michelin en Madrid, creó los uniformes de cocina y sala- se lanzó al diseño de dos modelos, masculino y femenino, cómodos y elegantes para "que se sientan guapos y únicos".

Un cuello más adaptado al movimiento, mangas de sastre, eliminación de bolsillos salvo uno en la manga izquierda y botonadura oculta son algunas de las aportaciones a esta prenda de Duyos, quien prevé que "será algo que los cocineros quieran usar y conservar".

No es sólo una cuestión de imagen, ya que, con la ayuda del Centro de Tecnología de Repsol, identificaron un tejido elaborado en Alicante compuesto a partes iguales por algodón reciclado de otras prendas y envases de plástico también reciclados, que "además de ser ignífugo es sostenible", destacaba María Ritter, directora de Guía Repsol.

También han revestido la tela de una pátina que repele las manchas, de forma que les sea más fácil mantener pulcro el blanco de esta chaquetilla a la que sólo aportan color el naranja y azul del logotipo de la compañía petrolera, un fino cordón dorado en la espalda y los soles que lucirán en la manga.

Ya que esta prenda, totalmente personalizada y cosida de forma artesanal, se entregará a todos los cocineros que lucen soles Repsol en sus restaurantes a partir de noviembre, cuando se presente la Guía 2018, en la que se superarán los más de 500 establecimientos reconocidos actualmente con uno, dos o tres astros.

"Llevarán su nombre bordado y creemos que les va a hacer mucha ilusión, ya que es un premio más allá de la placa de metacrilato", ha referido Ritter, quien ha destacado que las chaquetillas "no rompen demasiados moldes pero son innovadoras" y "unen dos mundos de tendencias: la moda y la gastronomía españolas".

Además del diseño, ha destacado la innovación de los materiales, que "engarzan muy bien con la filosofía de Repsol centrada en la renovación de la energía". "Hemos revolucionado una prenda de trabajo, un elemento clásico y emblemático de la cocina que necesitaba evolucionar", ha añadido.

Para Ritter, serán especialmente las cocineras quienes agradezcan este nuevo diseño, ya que "suelen usar chaquetillas que les quedan como sacos de patatas y ésta se ciñe a la figura".

"El proceso creativo de la cocina y la costura es muy parecido. Unir estas dos disciplinas es precioso", ha apostillado Duyos, quien se acerca así a un mundo que le encanta: "De no haber sido diseñador, sería cocinero".