El cronista vuelve una vez más a su cita dominical. Sueños y realidades, leyendas o historias, el ayer y el hoy, cubren con manto de palabras, un mensaje, casi obligado, en este compromiso dominical con amigos y lectores. A veces ocurre que...

-Sí, a veces, señor cronista, ocurre que usted no cumple. Sin ir más lejos, el domingo pasado. Y eso, y perdone..

-¡Perdone, usted!. ¿Quién es y quién le la llamado ?

-Soy un defensor...

-¡Vamos, caballero!, No lo veo a usted armado...¡huuuyyy, ¡ qué miedo! jejejeje.

-No se ría, insolente. ¡ A mi la legión!.

-¿ La Legión ?. Pero si no lleva ni uniforme militar, ni armas, ni vergü...

-¡ Alto ahí...no termine la palabra, atrevido!

-¿ Se quiere explicar, ¡marrajo!, por no decir otra cosa?

-¡ Cálmese, porque en el fondo le va a gustar!

-Explique, explique, que tengo la trompa de Eustaquio en alerta.

-Pues resulta, como diría Pepe Monagas, que sí, que soy un defensor de lectores, de algunos, de unos pocos, vale, porque usted, sin avisar, dejó de escribir su crónica dos domingos.

-¡ Acabáramos!. Bueno, le explico. Me fui a cumplir una promesa. A Santiago.

-Explique. Santa Cruz de Santiago de Tenerife, Playa Santiago, Santiago del Teide...o a Telde...

-No, no, a Santiago de Compostela, en Galicia.

-¡ Anda, de ahí el título Campus Stellae, ¿no?

-Efectivamente, Campo de estrellas.

-Pues si que es raro, tío.

-Nada de eso. Hace muchos años, allá por el año 813, un eremita , alertó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, que en un lugar del campo, al aire libre, se veía saltar estrellas y sonaban unos cánticos. Llegó a oídos del Rey Alfonso II y, recordando que Santiago había estado evangelizando esas tierras, entonces el fin del mundo...

-¡Claro, claro...y de ahí Finisterre!

-Exactamente, pues, como digo, el rey mandó edificar un santuario, después sería catedral, en honor del apóstol.

-Patrón de España, ¿no?.

-Si, eso fue por Clavijo.

-¡Coño, no me diga que nuestro presidente Fernando Clavijo, ha tenido algo que ver en esa historia!

-Jejeje. Hoy tendría más años que Matusalem. No, hombre, no. Escuche:

En una batalla contra los musulmanes, cuando los cristianos iban perdiendo se les apareció, o creyeron ver, a Santiago montando un caballo blanco, arreando mandobles a diestro y siniestro que dispersó al enemigo. Por eso fue nombrado el patrón de la Reconquista. Y por eso también se le llama Santiago matamoros.

-Tengo entendido que los tres centros cristianos más visitados son Roma, Jerusalén y Santiago, precisamente.

-Pues si, amigo; pero ya está bien de historia que aburrimos a los lectores.

-No se olvide mi papel de defensor del...

-... Vale, vale. Y por eso lo dejamos aquí. Boas tardes.

-O boas noites, que yo leo los periódicos antes de acostarme.

-Bien. Pois, hasta outra, meu fillo. Y por cierto ¿ sabe usted de color era el caballo blanco de Santiago?

-Espere...deje que lo piense.

-Bien, me lo dice el próximo domingo.