Lo de menos es que se presentaran al ritmo de la canción que bate todos los récords, "Despacito". Lo importante es lo que estaba detrás.

Queremos Movernos presentó ayer Baile sobre Ruedas, una actividad en la que participan ocho personas con discapacidad severa y con la que se pretende hacer visible que la participación y normalización de la vida de esta gente es posible.

Tras dos meses de ensayos, bajo la batuta de dos expertos bailarines, Ana Isabel González y Roberto Escarvajal, este último también en silla de ruedas, el grupo se dio a conocer en el Intercambiador de la capital, ante la atenta y sorprendida mirada de muchos usuarios del servicio público de transportes. Allí se acabaron los nervios que, según reconocieron profesores y miembros del grupo, les habían invadido los días previos a la cita. "Ni han comido ni han dormido bien", aseguró Roberto Escarvajal. "El esfuerzo para ellos es muy grande; me dan mucha fuerza. Están muy motivados e ilusionados", reconoció el profesor de baile, obligado a dejar la danza por una discapacidad.

Del esfuerzo que hace todo el grupo deja constancia el tipo y el grado de discapacidad que tienen los participantes: ataxia, distrofia muscular, esclerosis múltiple y parálisis cerebral, en todos los casos con un porcentaje superior al 76%, y algunos, incluso, al 94%.

Ni una cosa ni la otra les ha impedido, sin embargo, tratar de hacer ver a la sociedad que para ellos "el sol también sale cada día".

"Baile sobre Ruedas supone la posibilidad de trabajar con personas que saben sacar el máximo jugo de sus circunstancias", enfatizó Ana González, profesora también de la Facultad de Educación de la ULL. "Para mí es una oportunidad de aprender un montón", añadió.

A partir de ahora, a Baile sobre Ruedas solo le falta cerrar fechas en su agenda, porque la actuación de ayer solo fue la primera de muchas. Al ritmo que toque y en el escenario que sea.

Y aunque por ahora solo lo vayan a realizar ellos, Queremos Movernos ya tiene en mente otros dos objetivos: un grupo de bailes de salón para sordo-ciegos y otro "más marchoso" para jóvenes.

Es decir, que en adelante no solo saldrá el sol cada día, sino que algunos los recibirán bailando en el escenario... "suave, suavecito".

Vea en su móvil parte de la interpretación de "Despacito" realizada por el grupo en silla de ruedas.