Entre la calle Castillo y el barranco de Santos, a partir del convento de la Consolación, luego de los Dominicos, surgió a finales del siglo XVII el barrio de Vilaflor, cuyos moradores, gentes muy humildes, rebautizaron Miraflores. "Sin dirección ni planificación", ya se decía entonces, fue la "Gomorra" del siglo XIX y buena parte del XX. Y sigue igual. O al menos es lo que plantean sus vecinos que no saben "nada más de lo que la prensa ha publicado" respecto a la posible rehabilitación. Ahora están "muy preocupados" porque el volumen de la charca del solar entre esta calle y Juan Padrón "ha crecido los últimos días y los mosquitos empiezan a parecer".

Lunes y martes pasados "las humedades crecieron hacia la pared del edificio y hacían peligrar los garajes. Hoy (ayer) va a mejor porque se nota menos".

Una visita a la zona permite comprobar cómo el volumen del agua estancada ha aumentado considerablemente. Además, apunta el dueño de un comercio cercano, "los gamberros han tirado dentro del solar las vallas amarillas que advertían del peligro. Las han sustituido por otras azules pero dentro están los restos de esta acción vandálica, incluidos los conos. Cuando se pudran, los mosquitos serán gigantes. Ya ocurrió hace cinco años, solo con el charco, y tuvieron que enviar a un equipo especial para erradicarlos".

Las fuentes aprecian una ligera mejoría respecto a la visita de EL DÍA el pasado marzo: "El terreno entre Miraflores, Juan Padrón y Prolongación de Ramón y Cajal ha sido limpiado y vallado. Anuncian que en breve comenzarán las obras para hacer un edificio".

También hay una promesa de que antes de fin de año, afirman los vecinos, "se tirarán dos casas antiguas de Juan Padrón y se acometerá la continuidad de la calle Carmen Monteverde hasta San Francisco de Paula. Pero somos escépticos respecto a eso porque ya son muchos años de compromisos sin cumplir".

Las fuentes resumen: "Pese a alguna leve mejoría, la situación está igual o, incluso, peor. La charca se inundó el lunes y empezó a subir el nivel del agua empozada. Eso va a traer seguro una plaga de mosquitos porque la falta de higiene resulta evidente. Y hay una terraza abierta al público frente al solar, lo cual complica la situación".

Otro grave problema es "el volumen y la velocidad del tráfico, también pesado, que pasa cada día por esta calle. Por eso pedimos alguna medida correctora, léase guardias muertos o pasos de peatones elevados, lo que sea".