La esclavitud moderna y el tráfico de personas en el Reino Unido es "mucho más predominante de lo que se pensaba previamente", con más de 300 operaciones policiales en curso destinadas a detectar a los responsables, reveló hoy la Agencia Nacional del Crimen (NCA).

Ese organismo, encargado de detectar y llevar ante la justicia a organizaciones del crimen organizado que suponen una amenaza para la seguridad ciudadana, ha encontrado víctimas de esas prácticas ilegales de apenas 12 años, vendidas a familias de este país procedentes de Europa.

Will Kerr, uno de los responsables de la NCA, apuntó hoy que "cuanto más se investiga la esclavitud moderna, más evidencias se hallan de lo extendido que está el abuso a los vulnerables".

"La creciente evidencia que estamos recabando apunta a que la magnitud es mucho mayor de lo que nadie podría haber imaginado y esto no debería ser aceptable de ninguna manera", consideró.

Las declaraciones de Kerr se producen en coincidencia con el lanzamiento de una campaña por parte de la Agencia para concienciar sobre las pistas o señales que pueden observarse ante posibles casos de esclavitud moderna.

Según datos de ese organismo, existen "muchas maneras diferentes" de traficar con personas e introducirlas en este país para forzarlas a trabajar de manera ilegal y contra su voluntad.

Kerr aludió a víctimas obligadas a trabajar lavando automóviles y en el sector de la construcción o en la agricultura y en el procesamiento de alimentos, a las que se remunera con cantidades ínfimas y se les obliga a vivir en malas condiciones.

Asimismo, se refirió a los casos de personas obligadas a prostituirse o forzadas a trabajar en fábricas de cannabis.

El responsable de la NCA pidió a los ciudadanos que intenten "reconocer las señales" y denuncien "preocupaciones o sospechas" si creen haber detectado algún caso de esclavitud.

Enumeró, como algunas pistas de alerta, personas que presenten heridas visibles o muestren un aspecto angustiado, o cualquier indicio que haga pensar que un individuo está sometido al control de otro.

Agregó que la mayoría de víctimas traídas al Reino Unido con esos fines proceden de países de Europa del Este, Vietnam y Nigeria.

Entre los casos registrados, figura el de una niña romaní de 12 años, a la que agentes de control de pasaportes detectaron cuando la traían a este país para ponerla a trabajar como esclava doméstica.

"La traían para que trabajara para una familia de una zona del Reino Unido, había sido vendida por su padre e iba a asumir tareas como llevar a los niños de la familia al colegio y recogerlos cada día, y limpiar la casa", explicó.

Según este directivo, estos casos ponen de manifiesto la escalada del problema al que se enfrentan las autoridades, agravado por el hecho de que algunas personas no son conscientes de ser víctimas.