De cuatro casos registrados durante el año pasado de hepatitis A en Canarias, ya este 2017 se ha llegado a los 229. Los expertos hablan de "repunte" que no solo afecta a las Islas, sino también al resto de España y Europa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la hepatitis A como " una enfermedad hepática causada por el virus de la hepatitis A (VHA), que se transmite principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) come o bebe algo contaminado por heces de una persona infectada por ese virus".

Según indica la OMS, la enfermedad está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, un saneamiento deficiente y una mala higiene personal. Aunque en este nuevo brote, según la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de Salud, el contagio ha sido por "contacto sexual directo". Una realidad que también constató la médico adjunto de digestivo del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Dalia Morales.

Además, Petra Matute Cruz, jefa de la sección de Epidemiología de Salud Pública, argumentó que es muy "dificil" actualmente que haya una contaminación por medio del agua, dado que la mayoría de países tienen unos patrones de calidad del agua muy estrictos.

En los años 60, era muy común padecerla debido a la falta de "higiene ambiental" de las calles y ciudades, en las que, a menudo, se podían ver correr las aguas fecales por las aceras porque no había ningún tipo de alcantarillado.

Es una enfermedad con una forma clara de prevención: el lavado de manos. Esta práctica puede evitar no solo el contagio de esta enfermedad, sino también otras que se transmiten de la misma manera.

Salud Pública, siguiendo los patrones de la OMS, informó de que "no hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A". "En los niños suele tener una evolución más favorable, aunque en los adultos se suele tener que ingresar", remarcó Matute Cruz.

"Los síntomas pueden remitir lentamente, a lo largo de varias semanas o meses", explica la OMS, por tanto, "lo más importante consiste en evitar medicamentos innecesarios". Por tanto, el tratamiento persigue el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras los vómitos y diarreas.