Unos minutos antes de la una de la tarde entran los más pequeños, de tres y cuatro años. "¡Yo quiero gofio con el potaje!", dice una niña nada más sentarse. A su petición le siguen otras: "¡Y yo, y yo!". El colegio de San Fernando, en Santa Cruz de Tenerife, es uno de los 188 centros "de cabecera" que permanecen abiertos este verano, el quinto consecutivo, para dar de comer a los niños de familias con menos recursos. Desde que el Gobierno canario decidió en 2013 abrir los colegios durante julio y agosto, la cifra de chicos que acude no ha dejado de bajar. Este verano se han matriculado solo 2.619 alumnos en toda Canarias (de tres a 12 años), alrededor de 3.500 menos que en 2013 (sobre los 6.100). Además, siempre se inscriben muchos más de los que van.

El descenso no ha hecho, de momento, que el Gobierno haya optado por terminar con esta medida excepcional, incluida en la estrategia de lucha contra la pobreza. "Terminará cuando no sea necesaria", explica Jonathan Fumero, que acaba de ser nombrado director general de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias en sustitución de Rafael Bailón. Ahora mismo participan alumnos de 380 centros (acuden al centro de cabecera más cercano al domicilio familiar), más de 200 monitores y unos 45 auxiliares (las cifras varían entre julio y agosto porque también lo hace la matrícula). En 2015 eran 4.182 alumnos los que acudían a almorzar a los colegios.

Esta caída en la matrícula, sin embargo, no coincide con la demanda de cuota cero durante el curso. La cuota cero llegó el curso que acaba de terminar a 15.147 alumnos de todo el Archipiélago. Se trata del mismo perfil de estudiante -en términos de renta- que hace uso del comedor de verano. En total, incluyendo estos alumnos que no tienen que abonar la mensualidad del comedor, 44.600 estudiantes reciben algún tipo de ayuda por parte de la Administración. La labor social que se realiza desde la escuela se ha intensificado durante estos años de dura crisis y ha dejado a la vista zonas con más dificultades, cuenta Fumero.

Tenerife es la isla con más comensales inscritos -1.253 chicos-, seguida de Gran Canaria -955-, Lanzarote -150-, La Palma -138-, Fuerteventura -76-, El Hierro -38- y La Gomera -11-.

Los alumnos entran a las once de la mañana (aunque hay centros que tienen acuerdos con ayuntamientos para abrir antes y dar el desayuno) y realizan actividades lúdicas y didácticas hasta la hora del almuerzo. Los padres tienen que recogerlos a las dos de la tarde.

Davinia González, una de las monitoras, enumera un montón de juegos cuando detalla qué hacen los chicos durante esas horas. Ella se encarga de los más chiquitos -de tres a siete años-. "Hacemos dibujos, jugamos a la cogida, al escondite, a la patata caliente, con la pelota, ponemos música...".

Algunos niños, los más grandes, también aprovechan para llevar los cuadernillos de verano y hacerlos con ayuda de las monitoras.

"Lo que más me gusta es fomentar el trabajo en equipo, que se ayuden los unos a los otros, que compartan", insiste.

Los responsables de las actividades deben cumplir con unos requisitos académicos mínimos; entre ellos, tener nivel de inglés B2 o C1, porque los chicos también reciben formación en una segunda lengua.

La comida es servida por dos auxiliares, que también se encargan de dar de comer a los más remolones, pero su elaboración es responsabilidad de un catering. En una de las paredes está pintada la pirámide alimentaria y en otra, en un corcho, los distintos menús en función de la dieta del alumno.

Fumero cree que la cifra puede ser un indicador de que la situación de las familias puede haber mejorado levemente y que los padres siempre intentan que los chicos no tengan que acudir al colegio en verano.

El Consejo Escolar de Canarias (CEC) ha vuelto a pedir a la Consejería, en su último informe sobre la planificación del curso, que cambie el modelo. En este documento, solicita que se apueste por "talleres más atractivos y diferenciados de las actividades lectivas que el alumnado cursa durante el resto del año", se busquen "fórmulas para evitar la estigmatización de este alumnado" y se "impida que se produzca una separación de los distintos miembros de la familia".