El rechazo de Álvaro Santana Acuña, historiador lagunero y doctor en Sociología por la Universidad de Harvard, a la forma de tutelar el centro histórico lagunero llegó el lunes hasta Montreal (Canadá). Crítico desde hace años con la "deficiente gestión" de este espacio -como la calificaba ayer en las redes sociales-, intervino en el 112 Congreso Anual de la Asociación Americana de Sociología con la presentación "La mercantilización del pasado: cuando convertirse en ciudad Patrimonio Mundial perjudica más de lo que beneficia".

Se trata de la reunión de sociólogos más importante del mundo y congregó en esta edición a más de 4.300 participantes, según detalló Santana a través de una nota de prensa. Concretamente, la tutela del casco de La Laguna fue analizada en el panel "Preservar el patrimonio cultural: hegemonía, sostenibilidad y mercantilización global".

En su intervención, el experto habló sobre la gestión del centro entre 1990 y 2017, y expuso que la declaración como Patrimonio Mundial por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1999 ha sido perjudicial para cumplir el principal objetivo de esa distinción, como es la protección del patrimonio. En ese punto señaló varios elementos que han afectado negativamente a la preservación: la dependencia de las Islas del turismo, que ha llevado a una "mayor presión" del sector turístico internacional para explotar el casco; la "falta de transparencia política municipal" y, en particular, la "gestión opaca y antidemocrática" llevada a cabo por la multinacional Arquitectura, Urbanismo y Cooperación (AUC), y la existencia de una "débil sociedad civil", lo que, entiende, ha impedido que la ciudadanía y las instituciones locales puedan servir de "contrapeso" a "criticadas actuaciones".

"El resultado conjunto de estos factores fue la implantación del Plan Especial de Protección (PEP) de 2005, redactado por AUC y que ha transformado el centro histórico en una mercancía, volviéndose su patrimonio un mero producto de consumo turístico de masas", planteó.

Santana Acuña, que durante el congreso recibió el "Distinguished Scholarly Publication Award" por su reciente artículo sobre las mónadas sociales en la obra del sociólogo francés Gabriel Tarde, hizo hincapié en su intervención en los "efectos visibles" de ese PEP de 2005, y se detuvo en la "desaparición y alteración irreversible" de numerosos hitos patrimoniales, a pesar de estar protegidos por la Unesco y las leyes canaria y española del patrimonio. Es el caso de la pérdida de más de una docena de casas terreras y la ruina de cerca de 50, al igual que la "multiplicación exponencial" de franquicias, entre otros problemas citados.

Como "soluciones viables", el historiador y sociólogo defendió la plena participación ciudadana y una mayor transparencia municipal, como se realiza en otros lugares Patrimonio Mundial, así como la eliminación del "desfasado y antidemocrático" Plan Especial de 2005. "Implementar estas soluciones permitirá una muy necesaria gestión participativa, democrática y ciudadana", añadió.