El Banco Central Europeo (BCE) quiere evitar mandar señales prematuras sobre su política monetaria y mantiene la orientación sobre sus próximos movimientos.

Así se desprende de las actas de su última reunión de política monetaria, celebrada el 20 de julio y en la que no anunció nada nuevo en contra de lo que preveían los mercados, que esperaban un paso más en la reducción de los estímulos monetarios.

El BCE reconoce en las actas que el crecimiento económico de la zona del euro "se fortalece", apoyado por unas condiciones financieras muy favorables, que, a su vez, dependen de su política monetaria muy expansiva, pero insiste en que la inflación es débil.

"El Consejo de Gobierno necesitaba ganar más espacio y flexibilidad política para ajustar política y el grado de expansión monetaria, si y cuando fuera necesario en cualquier dirección", según el documento.

"Se consideró primordial en este momento evitar mandar señales que pudieran tender a una sobreinterpretación y pudieran resultar prematuras", dice el BCE respecto a las deliberaciones del Consejo de Gobierno en la última reunión.

"Hubo acuerdo entre todos los miembros en mantener todos los elementos de la guía de la política monetaria", añaden las actas.

El Consejo de Gobierno acordó discutir en otoño el futuro de su política monetaria y su estrategia sobre las compras de deuda pública y privada que acomete desde marzo de 2015.

El BCE confía en que la inflación llegará de forma gradual a su objetivo, que es una tasa cercana pero por debajo del 2 % pero todavía no observa dinámicas inflacionistas más fuertes.

Por ello considera que todavía es necesaria una política monetaria muy expansiva para que suba la inflación subyacente, que descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos frescos.

El BCE adquirió deuda pública y privada por valor de 60.000 millones de euros mensuales hasta marzo de 2016, después incrementó la cantidad a 80.000 millones de euros mensuales durante un año y desde abril la ha vuelto a reducir a 60.000.

Los mercados esperan que el BCE dé señales en algún momento de una reducción de los estímulos monetarios.