La playa de Santa Cruz de La Palma no está siendo un recurso económico destacable. Su supuesto poder de atracción en su primer verano no está mejorando las cajas de los bares y restaurantes ubicados en el frente de la ciudad, en la Avenida Marítima, al contrario de lo que se preveía, una situación que los restauradores achacan en su mayoría al escaso número de aparcamientos para los potenciales clientes.

La ausencia de un paseo atractivo, la falta de actividades complementarias en la playa, una regulación del tráfico muy mejorable... diferentes aspectos que unidos hacen que la zona de baño esté "desnuda", aunque con un gran potencial por explotar. Si es que se explota, claro.

Esta redacción se puso en contacto con algunos de los responsables de estos establecimientos, como reflejo de lo que pueden estar viviendo el resto. El bar Sputnik se sitúa en la zona sur de la playa. Sebas, su responsable, aseguró que "al principio, cuando la abrieron, lo notamos por la novedad. Mucha gente vino a ver cómo era la playa y hubo mayor negocio. Pero eso, apenas al principio. Ahora prácticamente no se nota nada. No, no está repercutiendo en la caja de nuestro negocio".

Más a la altura de la zona intermedia de la playa se encuentra el restaurante El Cuarto de Tula. Su propietario, Mauro, afirmó que "todavía no hemos notado la playa. El mes de junio, con la playa ya abierta, fue el peor junio desde hace muchos años. Lo que se nota es que hay más turismo en la Isla, peninsular e interinsular, pero nada que ver con la playa. No es que vengan bañistas a comer o pedir algo y seguir". "Nosotros al menos no lo estamos notando. Tenemos casi siempre la misma clientela", destaca.

La misma opinión tiene la responsable de la Chalana, otro de los restaurantes de visita obligada en el frente de la ciudad. Magui no duda en su respuesta: "La playa no la hemos prácticamente notado. Los cruceristas sí vienen en alguna ocasión después de haberse bañado en la playa o algún grupito de gente de vacaciones que te pide una paella y luego pasa a buscarla, pero poca cosa". Tiene claro que "el empresario que abrió su negocio con la expectativa de la playa no está viendo de momento resultados".

Magui hizo hincapié en que el problema principal de la ciudad está en que "no hay aparcamientos. Si eres un turista y estás en Los Cancajos te quedas normalmente allí y no te desplazas hasta aquí porque no hay donde aparcar. Lo mismo pasa si pasas por Bajamar. Te quedas porque tienes plaza para dejar el coche. Somos una ciudad pequeña y es difícil tener aparcamientos. Tampoco es que haya un paseo marítimo bonito en el que puedas venir con la familia a pasear y quedarte a comer o pinchar algo. Lo que tenemos es ese muro (que delimina la playa) con coches encima de la acera".

En el restaurante La Isla de Goya se nota algo más de entusiasmo. De esperanza. Tampoco es, ni mucho menos, que se haya desbordado la caja pero Carlos subraya que "esto no se va a convertir en el Puerto de la Cruz de la noche a la mañana, pero siempre se nota algo. Sobre todo notamos que comienza la actividad un poco antes. Viene gente a picar y tomar unas cervecitas. También es que nosotros llevamos apenas dos años abiertos. Los establecimientos que llevan más tiempo funcionando ya tiene su clientela fija y lo notan menos". "Una playa nunca viene mal", sentencia.

En La Lonja la entrada en funcionamiento de la playa "no la hemos notado. De momento, nada. No se ve mucho movimiento", apunta José. "El principal problema, y de lo que la gente más se queja, es la falta de aparcamientos que ofrecer a la gente que quiere bajar para ir a la playa o estar por la avenida", subraya.