La Armada la estaba llamando y ella no tardó mucho en darse cuenta. Paula Amantini, teniente y responsable de relaciones públicas en la Fragata "Libertad", es oriunda de Puerto Belgrano, la base naval más importante de Argentina, situada en el sur de la provincia de Buenos Aires. Estudió Derecho y empezó a trabajar, pero con el tiempo volvió a preguntarse cómo sería dedicar su vida al mar y a su país. "Toda mi infancia he estado en contacto con la base y eso, quieras o no, cala. Uno crece, hace su carrera profesional fuera, pero quizás había una semillita y acabó por germinar. Me acordé de cuando había preguntado por primera vez cómo ingresar y fui a ver si aún existía la posibilidad".

La fragata "Libertad" atracó ayer por la mañana en la dársena de Santa Cruz, adonde no venía desde 2009. Esta embarcación zarpó por primera vez en 1963 y desde entonces su misión ha sido completar la formación profesional de los guardamarinas y contribuir al fortalecimiento de la imagen del país en el resto del mundo. La tripulación -más de 300 personas- está en la fase final de un periplo que, cuando llegue a su fin, habrá tenido una duración de más de seis meses: empezó a finales de marzo -la escala en Tenerife es la última parada en suelo europeo- y llegará a Argentina el 7 de octubre.

Durante su escala recibió la visita del embajador de Argentina en España, Federico Ramón Puerta, y el cónsul de Argentina en Canarias, Pablo Antonio de Angelis.

El embajador destacó el valor del buque escuela, más allá de la formación. "Desde la Argentina queremos aportar con la certidumbre de trabajar por el entendimiento, por la armonía, por la paz y por el progreso, valores que nuestro país rescata también en quinientos años de historia común con la querida España", resaltó Puerta. "La Armada lleva este mensaje todos los años al resto del mundo".

En Canarias, según el cónsul, viven alrededor de 20.000 ciudadanos argentinos. La crisis española provocó el retorno de algunas familias, pero desde hace años la cifra se ha estabilizado.

Joaquín Borda tiene 23 años y es uno de los alumnos que viaja en este buque escuela. "No es un viaje de placer, es exigente, pero es muy emocionante poder conocer otros puertos y aprender qué es la vida a bordo".

Durante los cuatro días que permanecerá atracada en la Isla, la fragata estará abierta al público y se celebrará un encuentro con la comunidad argentina en el que se hará entrega de una medalla recordatoria a los niños que han nacido en Canarias y han solicitado la nacionalidad argentina.

Esta experiencia es "un honor" para toda la tripulación: "Por decreto somos embajada protocolar, es decir, llevamos un pedacito de Argentina allá por donde vamos, y eso es importante", dice con orgullo Amantini.