"Se han producido accidentes, y los frenazos están a la orden del día. Parece que esperan a que ocurra una desgracia". Así justificó ayer Juan Marichal, presidente de la asociación de vecinos La Arboleda, de Salamanca-Uruguay, la reclamación que han formulado al área de Tráfico de la capital, para intentar lograr que el acceso desde estos barrios al viario del barranco de Santos sea "más seguro". Ayer volvió a trasladarle este asunto a la concejal responsable, Zaida González.

Ahora, la incorporación que deben hacer los conductores desde la calle Veremundo Perera, si giran hacia abajo, se ve dificultada por un muro que impide una correcta visión de los vehículos que vienen subiendo, por lo que tienen que "dar un acelerón" para cruzar el carril e incorporarse al de bajada, con el que también deben tener cuidado, pues los coches que descienden "suelen venir a gran velocidad".

Además, el espejo convexo de seguridad que hay instalado en la acera contraria "apenas se ve si hay sol, pues hace reflejo", indica el presidente vecinal.

La solución que plantea Marichal, pero que, según su versión, "no ven clara" en el área de Tráfico, es, por un lado, eliminar parte del muro de cemento y colocar, en su lugar, vallas metálicas que permitan una mejor visión, y, por otro, pintar dos ceda el paso, en ambos sentidos, en la vía que desciende paralela al barranco, e instalar bandas sonoras.

"En su momento llegaron a decirme que quitarían la salida. Y yo les dije que si hacían eso sentaba a todo el barrio aquí", aseguró ayer el presidente de La Arboleda.

La otra queja de Marichal, que también comunicó ayer a la concejal de Seguridad Ciudadana y Vial tiene que ver con la falta de pasos de peatones en varias calles del barrio. En concreto, consideran "prioritarios" uno a la salida del asilo de ancianos, en la calle Veremundo Perera, y otro en la calle Manuel Verdugo, de donde se borró el que había cuando se hicieron unas obras en la zona.

Por otra parte, Juan Marichal criticó también la poca atención que, a su juicio, presta el ayuntamiento a la limpieza en el barrio. Ayer, a primera hora, se había baldeado la acera de la calle Diego Crosa, "pero es que no se hacía desde mediados de agosto".

En cualquier caso, detalló, "los jardines, en los que no funciona el riego, siguen llenos de excrementos y la calle sin barrer". Además, algunos postes de farolas están muy oxidados en su base por el efecto de las micciones de los perros. "Todo esto lo he denunciado en el 1-1-2 porque el ayuntamiento no hace caso", subrayó Marichal.