Los proyectos de geoingeniería destinados a influir deliberadamente y a gran escala sobre el clima pueden ayudar a compensar los problemas derivados del cambio climático, pese a los riesgos que plantean desde el punto de vista ético, explican a Efe expertos que trabajan en este campo.

Investigadores de todo el mundo experimentan desde hace decenios con este tipo de proyectos que buscan condicionar a voluntad diversos aspectos del clima para provocar o impedir precipitaciones en lugares concretos, gestionar los niveles de radiación solar o reducir el dióxido de carbono en el aire. Entre ellos, figura el experto de la Universidad de Stanford (EEUU) Ken Caldeira, quien comenzó a investigar en 1998 sobre geoingeniería solar -gestión de la cantidad de luz solar que entra en la atmósfera- con intención de poder llegar a controlarla y poder, por ejemplo, invertir un calentamiento global.

Esta técnica intenta controlar las lluvias, la radiación solar o la cantidad de CO2 en el aire

Tras años de investigación, Caldeira explica que el modelo que ha desarrollado sería "capaz de compensar el cambio climático que experimenta la mayor parte de la población", al menos desde el punto de vista experimental, aunque "siempre queda la duda de qué ocurriría en realidad". Lo cierto es que "el clima cambiará y, aunque no podamos parar todo el cambio climático, sí podremos reducirlo".

En todo caso, insiste en que la geoingeniería "no reduce la necesidad" de construir un sistema energético más limpio. Algunos proyectos de este tipo están disponibles en el mercado, como demuestra el hecho de que en marzo de 2012 la Comunidad de Madrid destinara cerca de 120.000 euros a un proyecto para incrementar las precipitaciones de nieve mediante tecnologías de "estimulación controlada".