El 80% de las playas de alto uso en el Archipiélago se quedará sin servicio de socorristas desde este mes hasta el próximo verano, según explica el periodista Sebastián Quintana, impulsor de la campaña "Canarias, 1500 km. de costa". Quintana resalta que esa situación se da justo cuando va a empezar la "temporada alta" del turismo extranjero. Y recuerda que, a fecha de hoy, siete de cada 10 fallecidos en accidentes en el medio acuático son turistas de otros países.

El portavoz de la Asociación de Salvamento y Rescate, Aday Amorín, comenta que, a día de hoy, más de la mitad de las playas de Tenerife carece de socorristas.

Ambos coinciden en que la comunidad autónoma necesita más vigilantes de la costa y las piscinas, así como que tengan una formación profesional adecuada.

Aday Amorín manifiesta que un curso de 45 horas no es suficiente para preparar a un socorrista. Y Quintana aclara que, a través de internet y sin que el interesado toque el agua, también se puede obtener una titulación de estas características.

Para Amorín, hacen falta más socorristas en las playas y durante todo el año, así como mejores medios materiales para desarrollar la labor con mayor eficacia.

Para la Asociación de Salvamento y Rescate, otra limitación que sufren dichos vigilantes en algunas empresas es que también son destinados a otras funciones ajenas a su cometido de socorrista.

Quintana recuerda que, desde el 1 de enero hasta el 14 de septiembre, fallecieron en el Archipiélago 60 personas en el medio acuático, es decir 22 más que en el mismo periodo de 2015 y 11 más que el pasado año. Respecto a julio y agosto, en 2016 murieron ocho personas (cuatro en cada mes) y en el presente ejercicio la cantidad fue más del doble, es decir, 17 (cuatro en julio y 13 en agosto). El impulsor de la campaña "Canarias 1.500 km de costa" recuerda que, actualmente, existe un "galimatías" sobre el nivel de exigencia formativa a un socorrista, puesto que casi cada comunidad autónoma tiene el suyo. Quintana cree fundamental prestigiar la labor de estos trabajadores, que se juegan la vida por salvar a otros. Comenta que falta control sobre la capacidad física de quienes pueden obtener un título por internet, así como su conocimiento del litoral, las corrientes o los vientos en su lugar de trabajo.