Hace casi 45 años que Tenerife y Córdoba cruzaron sus caminos por primera vez en la Copa, entonces del Generalísimo, en una eliminatoria que pasó a la historia por su ajustada resolución. Eran otros tiempos. No valían doble los goles en campo contrario, los extranjeros no podían jugar la competición del KO y esta pasaba por el Heliodoro Rodríguez López todos los años porque las eliminatorias eran a doble partido desde la ronda inaugural.

En los primeros días de enero de 1974, aquel equipo blanquiazul dirigido por el uruguayo Dagoberto Moll se plantó en tierras cordobesas con el aval de su excelente trayectoria liguera. En media hora, producto de una mala salida, ya perdía tres a cero. Cruz Carrascosa (2'' y 11'') y Manolín Cuesta (30'') hicieron los goles a un desconcertado y desconocido Tenerife. Ni rastro del cuarto clasificado de Segunda A que, década y media después, soñaba con el retorno a Primera.

Después de las críticas en la prensa, la conjura para la vuelta dio resultado. La noche del 16 de enero de 1974 iba a pasar a la historia como el de la única gran remontada tinerfeñista hasta el momento en la Copa. Sin Kraus y Ferreira disponibles por su condición de extranjeros, Moll prescindió además de otros tres habituales en su formación inicial: Lesmes, Pepito y Jorge Fernández.

La alineación fue la formada por Nemesio, Lolo, Molina, Esteban (Roberto, 89''), Juan Miguel; Medina, Cabrera, José Manuel; Caamaño, Cantudo y Gilberto I (Mauro, 60''). En el Córdoba jugaron: José Navarro, Varo, Salas, Aguilera, Manuel Ávila, Pepe Escalante (Garrido, 64''), Alarcón (Cepas, 87'', Francisco Jiménez, Carlos, Manolín Cuesta y Martínez.

El partido fue radicalmente opuesto al de la ida. Quiso trabarlo el cuadro andaluz, que defendió cerca de su área. Pero el Tenerife salió en tromba y empezó a generar ocasiones, convirtiendo en protagonista al portero rival. Sus paradas llegaron a desesperar al público, pero en el minuto 44 un disparo de Gilberto I desde fuera del área rompió el 0-0.

Con renovadas fuerzas, los blanquiazules se volcaron de nuevo en la reanudación y se colocaron a un tanto de igualar la eliminatoria gracias a José Manuel, que más tarde sería expulsado al repeler una agresión del visitante Ávila. Antes de eso, Caamaño forzó la prórroga anotando el 3-0 (67'') después del saque de una falta lateral por parte de Medina. Aunque quedaron más de 20 minutos por delante, el Tenerife no logró hacer el cuarto antes del tiempo extra.

La crónica, publicada por El Día el 17 de enero, se refirió a la acción del 4-0 como "un rápido contragolpe" que resolvió Mauro, con un suave pero colocado disparo que se coló en la portería lejos del alcance de Navarro. Fue en los últimos instantes de la primera parte de la prórroga. Hubo oportunidades para cambiar el marcador en ambas porterías, pero no sucedió.

"El Patanga", que había entrado a media hora del final del encuentro, acabó convertido en el héroe de la remontada, en el hombre que hizo estallar de júbilo el vetusto recinto de la calle San Sebastián.

El germen del Tenerife que ascendió con Oltra

Alumbró José Luis Oltra la idea futbolística que iba a darle tanto éxito aquella noche del 3 de septiembre de 2008. El Córdoba visitaba el Heliodoro en la segunda ronda de la Copa del Rey (la primera para los equipos de la categoría de plata) y el doble pivote de un once plagado de suplentes lo formaron Richi y Ricardo. Parecía un riesgo por el perfil ofensivo de ambos, pero se entendieron a la perfección. Ahí nació el eje del ascenso a Primera. Alejandro Alfaro, curiosamente ahora en las filas cordobesistas, anotó los dos goles locales (34'' y 54''). Uno de ellos se coló entre los mejores de la temporada. Fue un disparo desde más de medio campo que sorprendió al meta David Valle. Acortó distancias Cristian Álvarez a un cuarto de hora del final, pero el marcador ya no se movió y el Tenerife siguió adelante en la Copa. Caería ante el Elche después.