> Personal de emergencias y de los servicios de rescate están buscando a unos 30 niños entre los escombros de un colegio del sur de Ciudad de México que se ha derrumbado como consecuencia del terremoto de magnitud 7,1 registrado el martes, que ha acabado con la vida de al menos 22 personas en ese centro escolar.

En el colegio Enrique Rebsamen, de educación básica y media, socorristas con perros de rescate, marinos y decenas de voluntarios se apresuran a remover los escombros, en una carrera contra el tiempo para sacar a los 30 niños que permanecían atrapados junto con doce adultos.

"Siguen sacando niños, pero no sabemos nada de mi hija", ha eplicado agotada y con los ojos rojos Adriana D''Fargo, de 32 años, sobre el paradero de su hija de siete años. D''Fargo forma parte de un gran grupo de padres y familiares que han aguardado impotentes muchas horas noticias de sus hijos, mientras excavadoras retiran los escombros a la vista de unos 200 vecinos, algunos de ellos repartiendo pan y café a los policías, soldados y rescatadores.

En el colegio han podido ser rescatados varios niños, pero también se han encontrado 22 cuerpos sin vida. El seísmo de magnitud 7,1 en la escala de Richter ha tenido su epicentro entre los estados Morelos y Puebla y se ha registrado días después de otro que dejó 98 fallecidos en el sur del país y en el aniversario del histórico terremoto de 1985 que se cobró miles de vidas.

"Lo único que nos han dicho es que vayamos a los forenses y a los hospitales para verificar si ahí está el familiar. Mi familia ya se movió y no tenemos noticia de nuestro familiar", ha explicado Jonathan Mendoza, quien busca a su prima, alumna del colegio.

El terremoto ha dejado hasta ahora 217 muertos, 86 de los cuales en la Ciudad de México, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, todos en el centro de México, cuatro en Guerrero y uno más en Oaxaca, al sur del país.

En la capital, 45 edificios se han derrumbado por el terremoto, según ha informado el presidente del país, Enrique Peña Nieto, y muchos más han sufrido daños. Las zonas céntricas y más afectadas de la ciudad aún no tenían luz pero mucha gente permanecía en las calles tratando de ayudar en los rescates o en improvisados centros de acopio o simplemente caminando.