El juicio previsto contra los dos presuntos autores de una estafa que se iba a celebrar en el día de ayer en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife quedó suspendido por la ausencia de uno de los dos acusados. En concreto, la vista aborda la venta de una vivienda sobre la que ya existía una hipoteca y, que al no haber sido pagada por los promotores, fue objeto de un procedimiento de desahucio.

La Fiscalía solicita para cada uno de los acusados tres años de cárcel, multa de nueve meses con una cuota diaria de seis euros y que paguen a la compradora de la vivienda la cantidad que se fije en la ejecución de una posible sentencia condenatoria.

Los procesados son M.CH.M. y A.C.C., quienes en 2005, como promotores, suscribieron un crédito con una entidad bancaria por valor de 420.400 euros para la construcción de un grupo de viviendas en el término municipal de La Laguna.

Un año más tarde, dichas personas procedieron a vender una de estas casas con garaje por 132.223 euros y en ese momento se dejó claro que, aunque las fincas estaban gravadas con una hipoteca, esta había sido cancelada económicamente y únicamente faltaba por hacerlo en el registro y en la notaría.

Para ello, los denunciados presentaron un documento-recibo de una entidad bancaria que, según el escrito de la Fiscalía, "carece de validación mecánica y, por tanto, de validez", de manera que su objetivo no era otro que "hacer creer a los compradores de forma errónea que la carga había sido cancelada".

La realidad, sin embargo, era que el préstamo seguía en vigor y que ni siquiera fue abonado con el dinero pagado en la compra.

A partir de ese momento se inició por parte de un juzgado de La Laguna un procedimiento de ejecución hipotecaria, tras haber dejado los acusados de abonar los recibos del préstamo desde el mes de octubre de 2011, según consta en el escrito del fiscal.

El Ministerio Público considera que ambos procesados se pusieron de acuerdo entre ellos y procedieron a llevar a cabo la venta guiados con el fin de obtener un enriquecimiento ilícito en su patrimonio.

Otro tanto ocurriría cuando cobraron los cheques de la compra. En vez de utilizar dicho dinero para cancelar la anterior hipoteca, lo ingresaron en las cuentas de la mercantil administrada por ambos.