Todos los individuos tienen un pasado, un presente y un futuro. "Algunas no lo recuerdan, pero tienen gente a su lado que sí lo hace". Son las palabras de una persona que ve día a día las consecuencias devastadoras de un diagnóstico de alzhéimer. Manuel Ángel Hernández García es presidente de Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Tenerife (Afate), lleva ya más de 20 años luchando por los derechos de estas personas y sus familiares, y asegura que en Canarias hay una falta de recursos asistenciales.

Una realidad que tanto él, como Ana Bravo, trabajadora social de Afate, conocen, pues son muchos los familiares que se acercan a pedir información, consejo y apoyo debido a la escasa ayuda que proporcionan las instituciones.

Se estima que en Canarias esta enfermedad pueda afectar a unas 21.000 personas mayores de 65 años, una cifra que aumenta a medida que se envejece. De hecho se calcula que puede haber casi 29.000 afectados de más de 85 años padeciendo esta patología.

No es de extrañar pues el alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que avanza con la edad. Como explica José Antonio Rojo Alardo, neurólogo del Hospital Universitario de Canarias (HUC), "el alzhéimer produce una disfunción y muerte de las neuronas en el cerebro, que da lugar a la pérdida progresiva de las funciones cognitivas de la persona que lo sufre". Se puede manifestar de varias maneras, pero "predominantemente" lo hace con "fallos de memoria reciente, como olvidar recados y conversaciones". No obstante, remarca, la memoria "no es la única afectada" y con la evolución de la enfermedad "se van sumando múltiples alteraciones cognitivas en la capacidad de expresarse o comprender, de tomar decisiones o de realizar acciones como vestirse y manejar los cubiertos". Una enfermedad que, en sus fases más avanzadas, finaliza con la pérdida total de la cognición, relegando al afectado a la dependencia.

Hoy en día el tratamiento sintomático del alzhéimer se basa en tres pilares: "el tratamiento farmacológico, el manejo de los síntomas no cognitivos y de las complicaciones que suelen aparecer, y las terapias no farmacológicas", remarca Rojo. Además se ha convertido en la enfermedad más investigada del mundo, aunque aún no hay "ningún fármaco efectivo que pueda ser comercializado". A pesar de ello, el neurólogo afirma tener "la convicción de que en un futuro próximo estén disponibles tratamientos realmente efectivos que curen o al menos detengan la enfermedad".

La buena noticia es que en estadios tempranos, su progreso se puede limitar y ralentizar gracias a terapias de estimulación. Una opción que, sin embargo, no está institucionalizada en Canarias, y que no todo el mundo conoce. Es uno de los servicios de Afate, que, desde 1995, confiere una atención integral al enfermo y cuidadores y familiares, tanto para estimular la memoria del paciente como para apoyar y acompañar a la familia durante todas las fases de la enfermedad.

La familia no es solo una parte importante de esta enfermedad, sino que es imprescindible. "Si el cuidador falla, va a hacerlo también el cuidado al usuario y nosotros no podremos atenderlo", explica Ana Bravo. Sabiendo esto, Afate se ha armado de un equipo de profesionales en psicología, terapia ocupacional, fisioterapia y logopedia que ayudan tanto al paciente como a las familias a sobrellevar la enfermedad de mejor manera.

No se trata de un abuelo que "chochea" y, afortunadamente, el estigma se va perdiendo poco a poco. Sin embargo, todavía se debe interiorizar que quién padece alzhéimer sigue siendo él mismo.