El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) predijo hoy que la economía de Asia-Pacífico (sin contar Oriente Medio y Japón) crecerá un 5,9 por ciento en 2017, y la de China, su principal motor, un 6 por ciento, dos décimas más de lo calculado en su primer informe de perspectivas en abril.

En el informe presentado este martes se prevé también que las economías asiáticas crecerán un 5,8 por ciento en 2018, frente al 5,7 por ciento vaticinado en abril, mientras que China reducirá su crecimiento el próximo año hasta el 6,4 por ciento, dos décimas más que la predicción de hace cinco meses.

"Las perspectivas de crecimiento para los países asiáticos en desarrollo están aumentando, alimentadas por una reanimación del comercio internacional y el buen momento de China", destacó en el informe el economista jefe del BAD, Yasuyuki Sawada.

El valor en dólares de las exportaciones en la región ha crecido un 11 por ciento en los primeros cinco meses de 2017 con respecto al mismo periodo de 2016, y el de las importaciones un 17 por ciento, después de dos años de contracción en las ventas debido a la caída de precios de las materias primas y a una reducción en la demanda.

Sobre China, Sawada señaló que su economía "se mantiene fuerte, solidificando su papel como motor del crecimiento global", después de un crecimiento del 6,9 por ciento en la primera mitad de 2017, dos décimas más que en 2016, gracias principalmente a buenas cifras de consumo interno y a una recuperación de las exportaciones.

Las buenas perspectivas para China se producen pese a las dudas sobre las finanzas del país, que han llevado a dos agencias de calificación internacional, Moody''s y S&P, a rebajar la de su deuda, para gran disgusto del Ejecutivo comunista.

Según el BAD, el consumo será el principal motor de la economía china a medida que aumentan los ingresos y la confianza de los consumidores, y si bien las exportaciones también aportarán al aumento del PIB nacional seguramente no lo harán en 2018, cuando se espera que la balanza comercial china sea negativa.

El banco, con sede en Manila, subraya que las políticas financieras y monetarias en China se mantendrán sin grandes cambios, aunque quizá la liberalización del tipo del yuan se traduzca en un aumento de la banda de oscilación de la moneda china.

Por otro lado, el BAD subraya que continúan los riesgos en la economía china, ya que las necesarias regulaciones en el sistema financiero con el fin de controlar el aumento del endeudamiento podrían causar problemas de liquidez y añadir presión a las instituciones financieras más débiles.

Pese al optimismo generalizado del informe respecto de las economías asiáticas, el BAD reduce sus perspectivas de crecimiento para la India, otro importante actor regional, del 7,4 al 7 por ciento en 2017, y del 7,6 al 7,4 por ciento en 2018.

Ello se debe, explica, a que medidas estatales como la polémica desmonetización de 2016 o el cambio del régimen fiscal en productos y servicios "han reducido el gasto del consumidor y la inversión en negocios", unas perturbaciones que según la entidad financiera son sólo a corto plazo y se disiparán.

Para el sureste asiático, el BAD mejoró sus previsiones de crecimiento del 4,8 al 5 por ciento en 2017 y del 5 al 5,1 por ciento en 2018, pese a que mantiene sin cambios las cifras de las dos principales economías de la región: Tailandia e Indonesia.

Esto obedece a que el crecimiento regional estará impulsado por el aumento de las exportaciones de otras dos economías de la zona, Malasia y Singapur, según los cálculos de la entidad.

Para toda la región el informe del BAD advierte de que "los altos niveles de deuda plantean un riesgo para la estabilidad financiera" y subraya que las políticas económicas estatales deben fortalecer sus posiciones en el sector de las finanzas, dada la dependencia de los tipos de interés regionales de los de Estados Unidos.

El aumento en los precios de los combustibles, según Sawada, está suponiendo un alivio fiscal para los países exportadores de petróleo, pero el hecho de que las subidas no sean drásticas ayuda al mismo tiempo a no desestabilizar a las naciones netamente importadoras de la zona.

El economista jefe del BAD recordó que Asia necesita movilizar 1,7 billones de dólares anuales para mejorar sus infraestructuras, no sólo en proyectos tradicionales de transportes y energía, sino también en educación y sanidad.

Para hacer frente a estas carencias, Sawada aconseja en el informe acudir a métodos como los proyectos mixtos público-privados, principal bandera del BAD.