El Roque vive a la espalda de la ciudad. Detrás incluso de la vía de circunvalación. Son unos 80 vecinos que residen en viviendas salpicadas a lo largo de laderas en un espacio de naturaleza y sosiego. Los lugareños siempre (o casi) se han sentido pocos atendidos por la administración local, sin red de alcantarillado y con un acceso muy deficiente, pero ahora además han mostrado sus temores por la afección que puede provocar la extracción de áridos que se está produciendo en el barranco que tienen a sus pies.

El ir y venir de la maquinaria pesada que se está utilizando en las tareas de extracción altera la vida de los afectados, con movimientos de tierra que pueden poner en peligro, eso temen, la estabilidad de algunas casas con la posible acción del agua que el próximo invierno discurra por el propio barranco.

Los afectados se han reunido con el líder de Coalición Canaria en Santa Cruz de La Palma, Antonio Acosta, para exponer sus miedos. A propósito, el político nacionalista reconoció tras el encuentro que "la situación de desesperación de los vecinos es evidente, y viendo los problemas de accesibilidad que tienen y lo que está sucediendo en el barranco, es normal su enfado".

Acosta asumió el compromiso de trasladar esta problemática "a nuestro grupo municipal", que curiosamente gobierna la ciudad desde principio de legislatura junto al Partido Socialista, "para intentar solucionar las necesidades de los vecinos, sobre todo por la cercanía del invierno", ya que en años anteriores "se han quedado aislados debido a los defectos en la vía, solo teniendo acceso a pie".

De la misma forma, "intentaremos que el Cabildo de La Palma, responsable de los cauces de barrancos de nuestra Isla, comprueben los trabajos que se están realizando en el barranco", sentenció. Los nacionalistas también gestionan el Consejo Insular de Aguas, con José Luis Perestelo al frente.

Mientras se espera por una mediación política, los afectados han creado la Asociación de Vecinos de El Roque para defender de forma unida sus intereses. Están dispuestos a llegar "hasta donde haga falta" para resolver la situación que ahora viven con la actuación que se está haciendo en el barranco que rodea el entorno de sus hogares.