El doctor José Alberto Muiños hace balance de sus 16 años en las juntas del Real Casino de Tenerife, los diez últimos como presidente. Después de un primer mandato de dos años, promovió unos nuevos estatutos que limitan la permanencia al frente de la institución a un máximo de dos periodos. Y predica con el ejemplo. El próximo miércoles, Vicente Álvarez y Miguel Cabrera concurrirán a las elecciones, si bien Muiños cerrará su etapa el 31 de enero. Hasta el último día asegura que hará lo que considere mejor para la sociedad.

¿Satisfecho de su periodo al frente de la presidencia?

En diez años hemos conseguido que modernizar el Casino y que vuelva a formar parte de la sociedad tinerfeña, vuelve a estar viva. Tenemos unas relaciones institucionales estupendas. Hemos vuelto a la idea de nuestros fundadores -diez comerciantes-: el Casino debía ser un referente y parte de ayuda a la sociedad tinerfeña.

¿Cuál era la radiografía del Casino cuando entró de presidente?

Tuve la suerte de tener de presidente a Domingo Febles, que sentó las bases para modernizar la sociedad. Estuve 6 años en su junta y me enseñó a querer el Casino y entender su idiosincrasia. No había ni sistema informático. He tenido la gran ayuda de las juntas y de todo el personal, que han facilitado ponerlo al día.

¿Se ha modernizado la sede?

El Casino disfruta de una sede antigua y hemos hecho bastantes cambios en su estructura: renovado el parqué principal, una nueva escalera de evacuación, renovado la cocina principal, el Salón Presidente, el gimnasio.

¿Dónde ha quedado la juventud?

Ha sido otra de nuestras preocupaciones. Hemos acercado la sociedad a la gente joven y los niños. En la época de Domingo Febles se comenzó a admitir a niños. Hasta entonces, no podían entrar. Hoy tienen cursos de idiomas, ábacos, obras de teatro para ellos, una guardería y talleres. Me queda un objetivo por completar, pero me restan tres meses.

¿El Casino es un templo de la cultura en Santa Cruz?

Lo intentamos. Ni con la crisis se paró la oferta cultural; al contrario, tomamos el testigo y le dimos un impulso. No hemos disminuido ni un ápice nuestra aportación. Además, hemos desarrollado nuestra faceta de mecenazgo, apoyando a artistas canarios que han actuado en el Casino; se han presentado libros?

¿Quién costea esa actividad?

Todo está pagado con las cuotas de los socios. No recibimos ayuda para ningún acto cultural.

¿Hay sintonía con las instituciones públicas?

Hasta el ayuntamiento hace actos aquí, como las exposiciones de la Policía o a la Historia del Carnaval o la Gesta del 25 de Julio.

¿Ha roto con la imagen elitista?

Ya la gente sube los 4 escalones de acceso por la plaza de la Candelaria (se ríe). Todos los estamentos -políticos y sociales- quieren colaborar con nosotros. Hace 15 o 20 años era impensable.

¿La sociedad, como inmueble, se ha quedado pequeño?

Hace diez años hicimos un cambio de estatutos y ahí variamos el artículo que decía que la sociedad no podía salir de este edificio, porque era un gran hándicap. He aprendido en estos 10 años que las sociedades que se basan en un edificio singular no salen adelante. Necesitan unas instalaciones deportivas para ofrecer algo más a la gente joven y a los matrimonios con niños. Ya no se viene a los casinos a leer el periódico, ahora lo tienes en internet.

¿Qué debe ofrecer una sociedad actual?

Mi último esfuerzo es intentar conseguir unas instalaciones deportivas que ahora están en manos de Cajasiete. Aunque ahora hay elecciones, soy presidente hasta el 31 de enero.

¿Una situación incómoda?

Depende. Aunque hay dos planchas, una de ellas está formada por seis personas de mi junta. En estos momentos tengo que estar en una situación imparcial.

¿Cómo es esa apuesta deportiva a la que se refiere?

Es un proyecto que ya existe en Radazul -el Laguna Sport-, con canchas de tenis, de pádel, fútbol, una piscina cubierta, otra exterior, un gimnasio, cafetería? Está en concurso de acreedores y estamos negociando su adquisición sin que sea un sobrecoste. Un plan de viabilidad garantiza que no será necesario subir las cuotas. Con nuestras posibilidades, con nuestro fondo económico y si incorporamos a las 200 familias que disfrutan del Laguna Sport, es viable disponer de esas instalaciones.

¿Subirán las cuotas?

No. Desde sus orígenes, al Casino se le dotó de espacios comerciales para mantener económicamente la sociedad. Hasta el día no hoy no se había logrado tener todos los locales en explotación. Nos quedaba recuperar el restaurante que tenemos abajo (Bar Atlántico); ya hay dos sentencias positivas, y propuestas para alquilarlo a precios actualizados. Es económicamente factible, así lo avala un informe económico externo.

¿Mantendría la labor social que desarrolla el Laguna Sport?

Sí, hace una gran labor social con terapia para niños y adultos. La queremos incorporar porque es importante para la sociedad. Queremos seguir colaborando en unas acciones tan importantes.

¿Adquirir un complejo deportivo fue un objetivo para su mandato o una oportunidad?

Desde que entré estaba buscando algo. El Casino asumió la Vicepresidencia Nacional de Casinos y Círculos Culturales de España por nuestra gran actividad. Conocemos cómo han evolucionado otras sociedades en la Península: el gran Círculo de Labradores de Sevilla, si no tuviera en el río sus instalaciones, no tendría tanta relevancia. O el acuerdo que tiene el Casino de Madrid con el club de golf Retamares. Son algunos ejemplos. El problema de las instalaciones deportivas es que si las fabricas, cuesta mucho dinero. Esta es una oportunidad única, algo que existe ya y que podemos hablar con una entidad solvente.

¿Va a coincidir el cierre de la operación financiera con sus últimos meses al frente del Casino?

Me encantaría, pero ahora está en manos de Cajasiete. Estamos en negociaciones.

Con otra directiva, ¿cabe la posibilidad de que no se hiciera realidad?

Hay una candidatura que está a favor (de las instalaciones deportivas nuevas) y otra, en contra. Sigo siendo presidente hasta el 31 de enero. Hasta ese día voy a seguir para adelante con lo que creo que es mejor.

¿Será el fiel de la balanza a la hora de decidir el voto?

Espero que no. Creo que los socios van a votar por el bien del Casino. Me daría mucha pena que algunos socios fueran a votar por amiguismo a alguna de las planchas. Tengo plena fe de que pensarán en lo mejor para el Casino.

¿En qué estado dejará la sociedad?

Intento dejar a la junta que venga, sea del signo que sea, una sociedad totalmente saneada e integrada en la sociedad tinerfeña.

¿Cuál es el futuro del Casino?

El Casino debe seguir siendo una sociedad que apoye la cultura, a nuestros artistas. Que seamos un complemento importante para la ciudad y la Isla. Estamos organizando la Federación Canaria de Casinos y Círculos culturales, porque hay mucho casino pequeño que no puede pertenecer a la federación nacional.

¿Qué perfil debe tener un presidente del Casino?

Debe ser una persona que tenga interés por la cultura. Aquí he aprendido de todo. Es un servicio. Tenemos que venir a prestigiar al Casino, a ayudarlo y colaborar con él. El Casino tiene algo que te engancha. Aquí aprendí que lo importante es el socio y todo tiene que estar enfocado a él, no a la institución. Vienes a servir.

¿Se corre el riesgo de venir a hacer política en el Casino?

Cuando yo entré estábamos apartados de la sociedad y en el momento actual estamos dentro de la sociedad. El peligro es que se quiera aprovechar para hacer política. Durante todos estos años he intentado cumplir los estatutos de la sociedad que dicen que es apolítica e irreligiosa. Sería muy triste que se quiera utilizar al Casino como punto de partida para un desembarco en la política.