Mercurio es un mundo gris y estéril a ojos del ser humano, pero el fragmento que muestra este mapa ofrece una amalgama de colores que corresponden a distintos tipos de fenómenos geológicos. La imagen se ha extraído de un mapa detallado que constituye el primer estudio geológico completo de la región a partir de datos de la misión Messenger de la NASA, que orbitó Mercurio entre 2011 y 2015.

Esta instantánea abarca una sección del hemisferio norte del planeta conocido por los geólogos planetarios como Cuadrángulo Victoria, centrada alrededor de las coordenadas 45º N, 45º O.

Desde cráteres de impacto en distintos estados de degradación (rojo oscuro/verde/amarillo/beige) hasta suaves planicies volcánicas (rosa/salmón) y materiales más escarpados en las planicies (marrón), la escena captura miles de millones de años de abundante historia geológica. En cuanto a la escala, el gran cráter situado justo a la derecha del centro tiene unos 150 kilómetros de diámetro.

En total, la imagen muestra 867 cráteres de más de 5 kilómetros, de los 1.789 que contiene la totalidad del Cuadrángulo, y 519 de ellos tienen más de 20 kilómetros de diámetro (268 en esta sección en particular), en cuyo caso también se ha cartografiado y clasificado el patrón del material eyectado. Cartografiar la densidad y las características de los cráteres contribuye a determinar la edad relativa de una superficie: en general, cuantos más cráteres, más antigua es la superficie.

El mapa también muestra otras formaciones, como depresiones, fosas, fallas y crestas arrugadas, capturadas en alta resolución por Messenger y muchas de las cuales se identificaron en él por primera vez. Para leer una descripción completa de las anotaciones, se puede consultar el mapa geológico completo de esta región.

Por ejemplo, Messenger descubrió depresiones aparentemente jóvenes y existentes únicamente en Mercurio, que podrían deberse a la sublimación de un material que debilitaría partes de la superficie hasta provocar su derrumbamiento.

La misión BepiColombo de la ESA, cuyo lanzamiento está preparándose para el año que viene, realizará un seguimiento de muchas de las formaciones superficiales identificadas por Messenger. Por ejemplo, las capacidades de captura de imágenes en alta resolución de BepiColombo, del ultravioleta al infrarrojo térmico, permitirán determinar la composición química de estas depresiones, lo que dará cuenta de su formación.

BepiColombo también facilitará la comprensión de las variaciones en el estilo de las erupciones volcánicas a lo largo del tiempo, estudiando los distintos materiales de las planicies volcánicas.

Estas planicies también presentan crestas arrugadas, sinuosas formaciones que aparecen cuando las lavas se enfrían y encogen, haciendo que la corteza se contraiga horizontalmente. BepiColombo complementará los datos de Messenger capturando imágenes en alta resolución, especialmente del hemisferio sur, que ayudarán a determinar la distribución de esta contracción a lo largo del tiempo y, con ello, la historia del enfriamiento del planeta.

La misión BepiColombo es fruto de la colaboración con la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA). Comprende dos orbitadores científicos --el Orbitador Planetario a Mercurio, de la ESA, y el Orbitador Magnetosférico de Mercurio, de la JAXA--, que llegarán juntos al planeta en diciembre de 2025.