Mentidero y referente del barrio como único espacio habilitado para la venta de prensa y chucherías que ha resistido el paso del tiempo. El quiosco Andrés, con su característico color azul cielo se mantiene en Chimisay Alto, dentro de Ofra-Costa Sur, frente al colegio público. Aunque Francisco Javier Cabrera, un joven de 33 años que afrontó hace unos cuantos como una promesa no cerrarlo y tomar el testigo de su abuelo en la gestión pasa por un mal momento. La causa: los cinco meses sin corriente eléctrica por un problema en la instalación que tiene un coste y "no puedo afrontar". Por eso pide flexibilidad a la compañía para abonarl los más de 1.200 euros "poco a poco".

El viejo toldo muestra las "cicatrices" del paso del tiempo. Ya son décadas de servicio público en una zona donde estos establecimientos son algo más que un simple negocio. EL DÍA lo pudo comprobar durante la visita a primera hora de la mañana. Además de comprar el periódico, casi todos se paraban a conversar con Francisco y con su madre, Candelaria, que ayuda a su hijo.

El intenso olor a café atrae y despierta. Ya los niños del colegio han entrado a clase y a tranquilidad preside una jornada cualquiera entre semana. Sin embargo, un monótono ruido de fondo rompe el silencio.

Candelaria y Francisco llevan al visitante hasta un vehículo aparcado cerca y cuando abren la puerta trasera aparece un motor que genera la energía imprescindible. Explican que "nos cuesta 300 euros mensuales -el recibo de la luz, 80 cada dos meses- y nos han denunciado dos veces por tenerlo en la calle".

Apuntan a los pocos que los quieren mal en este entorno donde todo son saludos y parabienes. Francisco Javier indica que "los taxistas son los que más insisten en que mantengamos el color azul porque se sienten identificados".

Francisco Javier insiste: "No me niego a pagar la obra porque es necesaria, pero ya aboné una deuda anterior, pusimos el cuadro nuevo y se abrió para colocar unas arquetas. En total me habré gastado unos 1.500 euros. Ahora me piden poner dos tubos más de 160 milímetros que darían luz no a uno, sino a tres o cuatro comercios similares. Es un quiosco, no una nave industrial".

Entiende este emprendedor que "son las normas. ya lo sé, y hay que cumplirías, pero pido flexibilidad porque el pequeño empresario no tiene ayudas. Solicito que me repongan puntualmente a luz o que me permitan tener la provisional de obra y me comprometo a completar la instalación y pagarla, aunque sea a mi ritmo".

El afectado valora la labor del área de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Santa Cruz o de Industria, y concluye: "No puedo estar a base de chupetes y pan. Necesito una nevera, y sin luz...". Los vecinos sentencian: "Este es un punto fundamental para la vida del barrio y hay que ayudarles".