"Si a principios del año próximo el proyecto del Circuito del Motor de Tenerife está definido, licitamos, y la obra comienza en verano, son unos 18 o 20 meses". Así se manifestó, en declaraciones a EL DÍA, el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, sobre la instalación deportiva que se realizará en Atogo (Granadilla de Abona).

Alonso explicó que "en el Circuito nos encontramos con la realidad de que la empresa a la que se le adjudicó, con todos los informes favorables, tiene dificultades económicas que le impiden cumplir con sus obligaciones. Desde el principio hacemos el seguimiento del contrato, dimos el tiempo para que el contratista sacara adelante el proyecto. Antes del verano llegamos a la conclusión de que la propuesta de Onda Rossa no era viable e iniciamos el trámite para resolver el contrato, esperando que en octubre esté resuelto y rescatemos la concesión, y que el concesionario pague los daños y perjuicios que ha generado su incumplimiento e iniciar un nuevo procedimiento".

El presidente insular aclaró que las alternativas eran "volver a sacar la concesión, que se presentaba al reto evidente de que solo tuvo un ofertante en su momento y, por tanto, la viabilidad económica era discutible y tendríamos que modificar los términos de la concesión, que llevaría a un procedimiento largo que dejaría en stand by el circuito. La otra alternativa era segregar el proyecto y ejecutar solo lo que es necesario para poner en marcha el circuito. Calculamos que puede ser entre 13 y 15 millones de euros y que sería, básicamente, la cinta asfáltica y los equipamientos básicos (agua y corriente y el acceso norte). Para eso hay que segregar el proyecto, aprobarlo y licitarlo ejecutándolo el propio Cabildo a través de un concurso de ejecución de obra. Eso tenía la ventaja de que podríamos reactivar rápidamente el proyecto de forma que la obra podría reanudarse a mediados del año próximo y que, en un plazo relativamente breve, tendríamos un circuito practicable. Con posterioridad, se licitaría la concesión de explotación y la finalización del resto de la infraestructura. Reduciría la carga financiera previa que tiene que aportar el concesionario y lo haría más viable. Hemos optado por esta solución y en 2018 incorporaremos partidas para la ejecución del circuito con proceso de licitación de la obra tras seleccionar las cosas que son necesarias para la explotación del circuito".

Carlos Alonso expuso que en un momento dado, con crisis, esta obra "no era prioritaria y el Cabildo tampoco tenía capacidad económica para acometer este proyecto, que nace de iniciativa pública hace muchos años, igual que el pabellón deportivo de Gran Canaria o el Hipódromo de Los Realejos. Con la crisis se toma la decisión de sacarlo a concesión. Hicimos un esfuerzo importante de venta de la iniciativa en Alemania, Inglaterra, Italia y la Península. Al final hubo dos propuestas que quedaron en una y de la que ya sabemos el resultado. Al Cabildo no se le puede pedir más. Ahora seguimos comprometidos con el circuito, la situación económica ha mejorado, pensamos que es prioritario porque puede ayudar a la actividad económica con su parte turística".