A Ana le diagnosticaron cáncer en 2011. Desde entonces ha recibido radio y quimio y tuvieron que extirparle el pecho. "Es horrible desnudarte y ver una cosa lisa. No estás completa", afirma a Efe con una sonrisa, pues "ya ha pasado todo" y vuelve a sentirse a gusto con su cuerpo tras conocer a Álvaro Quesada.

Álvaro es el equivalente español al tatuador estadounidense Vinnie Myers, popularmente conocido como el "Da Vinci" de los pezones, porque emplea el tatuaje desde un punto de vista técnico para recrear un pezón y aureolas con sombras y efecto 3D para que el pecho vuelva a recuperar su identidad: "Mirar un pecho sin pezón es como mirar una cara sin ojos".

La salud es un estado de completo bienestar físico, psíquico y social y no una simple ausencia de enfermedad, según la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, y los tatuajes oncológicos permiten a las pacientes de cáncer de mama volver a sentirse a gusto con su cuerpo tras la enfermedad.

Los pacientes que sufren cáncer experimentan un deterioro interno que también se ve reflejado en su aspecto físico que, a su vez, tiene una grave repercusión psicológica ya que no sólo se preocupan por su vida, sino también por cómo los perciben los demás.

Durante un largo y arduo proceso de recuperación, las mujeres no sólo sienten el miedo de la enfermedad, también temen los cambios físicos como la caída del cabello o la posibilidad de perder el pecho, aumentan las inseguridades y la presión psicológica.

En la puerta de su estudio, en el madrileño barrio de la Prosperidad, Álvaro Quesada recibe a las mujeres que pondrán sus cuerpos y su esperanza en sus manos.

En su juventud -iba para modelo, actor y músico- nunca se habría imaginado acabar en el mundo del tatuaje y muchos menos en la estética oncológica.

Pero tras ser diagnosticado de un tumor en el nervio óptico que le provocó la pérdida de un ojo se encaminó hacia los tatuajes.

"Durante un tiempo das gracias de que no te has muerto pero todo ha pasado desde el punto de vista médico, tú lo que necesitas es mirarte en el espejo y volver a ver a la persona que fuiste", dice Álvaro. Y la estética oncológica tiene "todos los beneficios" para lograrlo.

Su camino con la estética oncológica y la reconstrucción del pezón con tatuaje permanente fue gracias al Hospital Universitario Torrejón de Ardoz, el primer centro español que fusionó el arte corporal con la unidad de mama. Desde hace dos años colabora realizando este trabajo de forma voluntaria, a pesar de que el tatuaje sigue estando estigmatizado por la sociedad pero todavía más por el sector médico.

Las técnicas más generalizadas en los hospitales para la reconstrucción del pezón de manera quirúrgica es un círculo de piel de la ingle y la micropigmentación, pero los tatuajes terapéuticos apenas están presentes en los centros.