No es la primera vez que traigo a EL DÍA el grave problema de la depresión y sus consecuencias, una situación frecuente que cambia profundamente nuestro modo de ser, de pensar y de actuar. ¿Quién no ha sufrido un cansancio enorme por la mañana al despertar, sin poderse levantar de la cama, prefiriendo seguir casi escondido en ella, no acudiendo a clase o al trabajo, o hacerlo con un esfuerzo inusual? Si además hay mucha dificultad para dormir, despertando de madrugada, falta de concentración en el trabajo, sensación de soledad o vacío, pérdida del apetito o del placer de las comidas, incluso faltando el deseo del amor,con ansiedad y tristeza, quiere decir que se necesita coraje y valentía de quien la sufre y ayuda externa para que no vaya a más, de tal forma que esa sensación de tristeza que todos hemos podido sentir de manera pasajera, caso de que continúe cierto tiempo, quiere decir que se está anunciando una depresión clínica que precisa ser atendida y resuelta antes de que se produzca grave deterioro físico y mental, o incluso deseos de suicidio. Lo importante es saber que se trata de una situación que con ayuda puede ser tratada y curada.

La depresión no diferencia edad ni nivel económico, sufriéndola la mujer el doble que el hombre, posiblemente por diferencias hormonales. Causas habituales son la pérdida del trabajo, de un ser querido o la ruptura sentimental muy arraigada, pero la situación más grave es sentir depresión sin ninguna advertencia o causa conocida previa, pudiendo desarrollarse en presencia o como consecuencia de otras enfermedades como el cáncer, desórdenes hormonales, diabetes, trastornos cardiacos y de la alimentación o por abuso de alcohol y drogas.

Diferente es el llamado trastorno bipolar, también conocido por enfermedad maniaco-depresiva, que no es tan frecuente como la depresión clínica, caracterizándose por cambios cíclicos en el estado de ánimo, de tal forma que este puede pasar de muy animado (manía) a muy bajo (depresión).

Menos conocida, y es motivo de diversos estudios, la hipótesis de que el riesgo de demencia aumenta tras la depresión, según la doctora Lena Johansson, de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, basada en que si la depresión afecta a las concentraciones de hormonas del estrés y a diversos neurotransmisores como serotonina, dopamina y glutamato, su déficit podría lesionar el cerebro y aumentar el riesgo de demencia, o podría suceder que la depresión sea una reacción psicológica posterior al deterioro cognitivo. En dichas investigaciones se encontró que en comparación con las mujeres que no tenían depresión, las que comenzaron con ella antes de los 20 años tuvieron un incremento mayor en las probabilidades de desarrollar enfermedad de Alzheimer, no teniendo por qué no suceder igual en los hombres, según la Dra. Johansson, para quien, en resumen, la depresión que comienza a una edad temprana aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer, según lo demostró un extenso estudio, el primero en comunicar esta interrelación a la comunidad científica.

La enfermedad de Alzheimer es un proceso neurodegenerativo que se manifiesta a través del deterioro en el conocimiento y los trastornos en la conducta como consecuencia de la muerte de las células nerviosas y la atrofia de diferentes zonas del cerebro. Afecta a 30.000 canarios mayores de 65 años, y según me informó, en una visita a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias de Tenerife (Afate), su presidente, Manuel Hernández García, se trata de una enfermedad que afecta al 7% de la población mayor de 65 años y al 50% de los mayores de 80, de tal forma que solo en la isla de Tenerife supera las 10.000 personas, pero si se incluyen los deterioros cognitivos leves (20% de los mayores de 70 años), la cifra se eleva a unas 20.000.

De ahí la necesidad de invertir más en salud (prevención de enfermedades) y consumo (somos lo que comemos), que no es lo mismo que en sanidad (atención a las enfermedades). Por este motivo, la conveniencia de unificar y coordinar dichas políticas en el Gobierno de Canarias, así como resolver el grave déficit que tenemos de profesionales de la salud mental.

*Doctor en Medicina y Cirugía. Secretario de Sanidad, Salud y Consumo en la Dirección Regional del PSOE en Canarias

@JVGBethencourt

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