El Real Madrid ganó 3-0 al Eibar y sobrevivió a su propia espesura en una encuentro sin ritmo, con poco brillo y que sólo se agitó con la salida al campo de Karim Benzema, que en la última media hora dio más sentido a la victoria blanca. El Eibar no aplicó el manual de todo equipo visitante en el Bernabéu: eludió encerrarse y apostó por ser valiente. Éibar provocó cierta espesura madridista, que se rompió cuando apareció la cabeza de Paulo Oliveira para calmar la preocupación del equipo Zidane. El defensa del cuadro vasco saltó junto a Sergio Ramos a por un centro de Marco Asensio y en el minuto 18 se marcó de cabeza un gol en propia meta. Luego llegaría el 2-0, de Marco Asensio. Cerró la cuenta en la segunda mitad, Marcelo.