Carlos Correa continuará cuatro años más en la presidencia del Ademi Tenerife. El séxtuple campeón de España de halterofilia adaptada alcanzó la regencia de la entidad en el año 2009 y, en principio, agotará su estancia como presidente en 2021. Todo, con el objetivo de seguir potenciando un club que ejerce como paraguas de un deporte adaptado al que no se le tiene la consideración debida, según su juicio.

Se le abre un nuevo mandato.

Sí, ya es el tercero. Tenía la intención de dejarlo porque consideraba que era oportuno que alguien me relevara. Cuando lo anuncié tuve muchísimo apoyo de muchos socios del club para que no lo dejara. Consideraban que la gestión en estos ocho años, en las que me tocó vivir la peor época en plena crisis, era bastante buena. Al final decidí volver a presentarme.

¿Cómo ha sido el proceso para la renovación en el cargo?

Se ha llevado a cabo lo que marcan los estatutos. Se abrió la lista de socios susceptibles a votación. Una vez finalizado el censo electoral se procedió a la presentación de las planchas. La única fue la mía. Intenté que se presentara alguna otra alternativa. Hubiese sido bueno. No fue necesaria votación, como señalan los estatutos, y fue por adjudicación directa.

¿Hasta cuándo se ve en el cargo?

Espero poder cumplir los cuatro años y que este sea el último y definitivo. En ese momento será hora de renovar ideas.

¿Cuáles son los principales proyectos a llevar a cabo?

Primero, intentar buscar patrocinadores que nos permitan tener una continuidad y no depender tanto de las subvenciones públicas. Cuando entré nuestro sistema de financiación era en un 95% de subvenciones públicas. Ese porcentaje ha bajado mucho. Ahora está alrededor de un 40% de financiación pública y un 60% de financiación privada y recursos propios. Es decir, las cuotas que pagan los socios del Ademi. Además, intentaremos que el equipo de baloncesto pueda llegar a la máxima división. Eso supondría unos ingresos considerables.

¿Son suficientes las ayudas económicas públicas?

Nosotros estamos dentro de los clubes que recibimos las subvenciones del Cabildo para categorías absolutas de competiciones oficiales no profesionales de ámbito nacional. Las bases tienen algunas carencias. Se prima el número de licencias a nivel nacional que tiene el deporte. No es lo mismo comparar medio millón de licencias que pueda tener el baloncesto, que cuatro mil licencias que pueda tener el baloncesto en silla de ruedas. Aunque hay factores de corrección, para nosotros es perjudicial. Un equipo de baloncesto que está en cuarta categoría, el Náutico, cobra casi el doble que nosotros que estamos en segunda. Debería haber unos baremos en función de la categoría.

¿Cómo valora la reciente celebración de Campeonato de Europa de Baloncesto en Silla de Ruedas de selecciones y, previamente, la de la Champions Cup de clubes?

La valoración es bastante buena. Hubo un clima envidiable, pero fueron eventos complejos. A nivel financiero es donde tuvimos el problema. Esperaba más apoyos por parte del Cabildo y del Gobierno de Canarias, en cuanto a la parte financiera y de repercusión. Noté que faltó esa implicación. Cuando se celebró la "Final Four" de la Basketball Champions League, en la que participó el Canarias, el Cabildo se volcó no solo económicamente, sino con todos sus recursos para que aquello saliera de la mejor manera posible. Para el Mundial de baloncesto femenino se reunieron en una mesa y pusieron seis millones de euros. Esto no sucedió con el baloncesto en silla de ruedas. Se nota la diferenciación. Tan valorado debe ser un deportista que va a un Europeo en silla de ruedas, como uno que va sin ella. Sin el apoyo de los ayuntamientos de Adeje y Arona no lo hubiésemos sacado adelante.

Estos eventos se llevaron al sur por las carencias de accesibilidad que existen en la metrópolis.

Había dos condiciones claras: la accesibilidad de las canchas deportivas, dos de competición y dos de entrenamiento; y la capacidad hotelera accesible. En la zona metropolitana contábamos con el Santiago Martín. El Pabellón de Santa Cruz (Quico Cabrera) no es accesible para este tipo de eventos. Las dos canchas para entrenar tenían que tener las mismas condiciones, ser de parqué. Carecíamos de eso. En general, las instalaciones han mejorado en Tenerife, pero hay mucha diferencia entre municipios.

¿Es la natación la joya de la corona dentro de la entidad?

No tenemos esa percepción. Tiene mucha relevancia porque tenemos a grandes nadadores y la abanderada Michelle (Alonso), que es muy mediática por todo su palmarés. En el Ademi no hacemos distinciones. Por ejemplo, el baloncesto sostiene económicamente al resto de disciplinas. Es la única por la que recibimos subvenciones importantes. Sin embargo, la que consigue resultados y medallas es la natación.

¿Se tiene algún temor de que Michelle pueda decidir algún día abandonar el club?

Nosotros no le tenemos grilletes a nuestros deportistas. Hay gente que se ha formado aquí y se han ido a otros clubes de la Península. No tenemos miedo. Al contrario. Como deportista, hay que dejarles la puerta abierta para la entrada y para la salida.

¿Está el Ademi en el lugar que le corresponde dentro del deporte?

El deporte adaptado en España es el patito feo del deporte. Para muestra, la valoración que tiene una medalla olímpica y una medalla paralímpica. En Canarias se ha tenido al deporte adaptado como el hueco de los pobrecitos. Las condiciones para hacer deporte no son iguales y lo que reclamamos es que se alcance. Siempre pongo el mismo ejemplo: dos chicos de un barrio se compran una pelota y zapatillas, van a una cancha municipal y juegan al baloncesto; en el caso de dos chicos en silla de ruedas que quisiesen hacer lo mismo, pueden comprar las zapatillas y el balón, tendrían que ver si la instalación es accesible y luego tendrían que comprar una silla de baloncesto que cuesta 4.000 euros. Ahí es donde el Ademi ha jugado un papel importante. Las administraciones públicas lo han dejado de hacer.

¿Y el trato mediático?

Nos ha costado muchísimo hacer entender a los medios de comunicación que el deporte adaptado tiene un hueco importante. En ese sentido, Michelle nos ha ayudado muchísimo. El día que a ella se le apague la llama no se volverá a hablar nuevamente de natación. Para nosotros la repercusión mediática es tan importante como lo pueda ser para el Canarias o el Tenerife. Tener presencia en los medios nos ayuda a conseguir patrocinadores.