La banda de origen maliense Tamikrest, liderada por el guitarrista Ousmane Ag Mossa, solista y fundador del grupo, ofrecerá su primer recital en la capital tinerfeña el próximo viernes, 3 de noviembre, en el Espacio Cultural de CajaCanarias, a partir de las 20:00 horas. La entrada costará 15 euros.

Los ecos del dub, blues, sicodelia, funk e incluso el rock son tejidos sin problema por Tamikrest, en su peculiar forma de recuperar la tradición musical tuareg. La banda interpretará las canciones que integran su nuevo álbum, "Kidal", aunque ya están preparando su próximo registro.

Su país atraviesa por una coyuntura política muy convulsa. ¿Cómo se ha reflejado esto en su música?

La música que nosotros hacemos nace directamente como una consecuencia de esa situación política, por tanto el impacto es directo. Buena parte de esta música hunde sus raíces en la juventud vivida en los campos de refugiados de Libia durante la década de 1980. Debido a la represión de los años 60 y 70, una parte de la juventud tamashek se exilió en Libia. Es, por tanto, una música de rebelión, lejana a la música tradicional de los bereberes o al "tindés" (cantos de mujeres).

Actualmente, ¿cuál es el principal problema que afronta la comunidad tuareg a raíz de este mapa político?

Hoy, ayer, o antes de ayer, el problema de los tuaregs es la repentina división territorial después de la independencia africana. Nuestro territorio se ha dividido entre cinco estados. Ya no somos dueños de nosotros mismos. Ya no decidimos por nosotros mismos. Los centros de poder que manejan el desierto ya no están en el desierto. Nos estamos convirtiendo en una minoría aquí. Nuestra lengua, nuestra cultura, están siendo marginadas y atacadas.

Otro grupo amazigh, Tinariwen, también ha denunciado esta situación. ¿Cuál ha sido su influencia en ustedes, como banda? Y ¿qué otros grupos del panorama internacional también han servido como referentes para ustedes?

Soy un gran fan de Tinariwen, lo escucho desde que era un niño. Su vocalista, Ibrahim Ag Alhabib, es para mí como una llave para hacer música. Admiro también su compromiso político. De igual manera escucho con atención el trabajo musical de Lounes Matoub, Idir. En el panorama internacional me encantan Bob Marley, Pink Floyd, Mark Knopfler o Eric Clapton.

Sus canciones beben de múltiples fuentes, están inspiradas en el folk Tuareg, en el legado Amazigh, pero también en influencias más contemporáneas ¿Cómo es el proceso de composición en Tamikrest?

Cuando hacemos una canción no decimos "vamos a componer una partitura como esta". Escuchamos las cosas y luego sale sin que nadie lo planifique, pero de manera diferente a menudo. Por ejemplo, escuchamos a Mark Knopfler y a Clapton, pero nuestra música no es británica. Escuchamos a Tinariwen, pero tenemos un toque diferente, aunque también somos tamashek. La música del mundo es de colores y todos buscamos nuestro propio color en la música. Creo que incluso si cantamos en tamashek, nuestra música no es sólo para la comunidad de kel tamashek (tuareg), aunque es nuestra primera audiencia. Cuando escucho a Marley, no entiendo las letras, pero siempre sentí un mensaje fuerte.

En Tamikrest, dos de sus miembros son europeos ¿Cómo se ha canalizado esta multiculturalidad en el aspecto musical?

Cuando componemos, nuestro objetivo principal es escribir buenas canciones. La personalidad del grupo se expresa a través de cada uno de los músicos. Como somos tamashek, la presencia de nuestra cultura es inevitable. En cuanto a Paul (guitarra) y Nicolás (batería), conocen la música del desierto desde la edad de 15 años. Han pasado largas estancias en el desierto aprendiendo nuestra música, desde muy jóvenes. Están imbuidos en ella, además de incorporar su cultura occidental. De forma paralela, Tamikrest suele contar en la grabación y producción de nuestros discos con colaboraciones europeas que aportan un nuevo toque a una o varias canciones en particular. Nos encanta el hecho de abrir nuestra estética a los demás.

¿Qué destacaría del legado cultural amazigh, especialmente en la música?

La música juega un gran papel en la preservación de la cultura, comenzando con nuestro lenguaje. A través de nuestra poesía, transmitimos lenguaje, formas o palabras que tienden a desaparecer en el olvido. Hoy la cultura Amazigh está en gran peligro. Ya sea en el norte o el sur, estamos cada vez más arabizados o afrancesados. Tenemos nuestra escritura milenaria, el tifinagh, pero la encontramos principalmente en rocas en el desierto o en las montañas, no en los libros escolares. Nuestros niños sólo pueden aprenderlo en nuestros hogares. Las instituciones y los Estados no lo consideran en absoluto.