Todos los indicadores apuntan a un incremento de la desigualdad desde la explosión de la crisis económica. Sin embargo, un tipo particular de desigualdad, la del consumo de las familias, se ha estrechado durante los últimos años como consecuencia de diferentes factores, estudiados por el servicio de estudio de BBVA (BBVA Research) en un reciente informe.

La caída de los ingresos de los hogares menos favorecidos ha sido mucho mayor que la que han experimentado las familias con más ingresos y, sin embargo, los primeros han podido ajustar menos su gasto, una paradoja que el departamento de investigación de la entidad financiera atribuye, principalmente, a tres causas: la reagrupación familiar en los hogares con menos renta, la mejora en los niveles educativos de sus miembros y el aumento del número de hogares de este tipo a cuya cabeza se encuentra una mujer.

La "reunificación" familiar a la que han obligado las dificultades económicas aparece como el motivo de más peso. La mayor concentración de miembros adultos en los hogares más desfavorecidos -con objeto de "aprovechar las economías de escala"- es, en este sentido, "la variable más significativa", concluye el informe.

El gasto anual de las familias desfavorecidas de Canarias se recortó un 2,5% entre 2007 y 2015, mientras que el desembolso de las más prósperas descendió un 18,3%, según el estudio firmado por Miguel Cardoso y Myriam Montañez. En ese mismo periodo, los ingresos mensuales de los hogares desfavorecidos sufrieron un auténtico desplome -un 21,4% menos-, frente a la mucho más ligera disminución a la que tuvieron que hacer frente los de mayor renta -un 5,9%-. La relación entre ambas cifras da como resultado el ratio de Palma, un indicador que mide la desigualdad en el consumo familiar y que, en el caso del Archipiélago, ha pasado de un 1,01 en 2007 a un 0,86 en 2015.

El paso de la crisis ha equilibrado los índices de desigualdad en el consumo en Canarias y el conjunto de España, donde ahora se sitúa en 0,84 tras partir de un 0,95 en 2007. Los datos nacionales revelan un menor descenso del gasto de los hogares favorecidos -un 17,2%-, en paralelo a una mayor caída del consumo de los menos favorecidos que en el Archipiélago-un 7,6%-.

Entre tanto, la bajada de los ingresos de los hogares desfavorecidos de las Islas ha sido muy superior a la media española -situada en el 12,1%-, mientras que la merma experimentada por las familias en mejor situación económica es inferior al dato nacional -que se cifró en el 6,5%-.

La reagrupación familiar no es el único factor que explica la reducción de la desigualdad en el consumo en España y, también, en Canarias. El estudio de BBVA argumenta que el mayor crecimiento de las mujeres como cabeza de familia que se ha dado en los hogares más desfavorecidos puede haber ayudado a disminuir la desigualdad en el gasto.

"Hay una amplia evidencia que muestra que las mujeres se encuentran en desventaja frente a los hombres en el acceso a activos, créditos, empleo, etc.", recuerda el informe. El incremento de los hogares encabezados por mujeres puede haber obligado a un recorte del consumo, algo a lo que también puede haber contribuido el que estos núcleos familiares con liderazgo femenino "tienden a distribuir el gasto hacia bienes o actividades que promueven en mayor medida el bienestar familiar" y, por lo tanto, tienden al ahorro o a sustituir el gasto en bienes durables -lo más caros- por el consumo de bienes de primera necesidad, "como educación o salud".

Precisamente, el nivel educativo de los sustentadores principales ha progresado más, en términos relativos, en los hogares desfavorecidos. El mayor grado de formación "podría haber impulsado la utilización de instrumentos financieros para suavizar el impacto de la crisis en el gasto" y puede haber contribuido a orientar el consumo hacia educación y salud y menos hacia los bienes durables.