Tenía 38 años. "Me retiro", pronunció tras haber competido en España, Italia, Rusia, Suiza y Chile. Así lo hizo. Emprendió otro bello camino: el de ser madre. Dio a luz a dos niños. Pero la puerta quedó emparejada... "No lo hago porque no me queden ganas de jugar al baloncesto", precisó en su momento.

Camino a los 42 años, Lidia Mirchandani no se ha podido resistir. El "gusanillo" nunca desapareció. La pasada semana volvió a vestirse de corto en su nuevo equipo, el islandés Skallagrimur, dirigido por su marido, el madrileño Ricardo González, "Richi".

"Ha sido un poco deprisa. Mi idea era volver después de las navidades. Estoy muy lejos de jugar como a mí me gustaría. Nunca pensé que me volvería a poner las zapatillas otra vez", explica a EL DÍA.

De momento, ya ha participado en dos encuentros, uno de Liga y otro de Copa -saldados ambos con victoria- del equipo de Borgarnes, una pequeña localidad de unos 2.000 habitantes.

La internacional española entre los años 2000 y 2002 -fue bronce en el Eurobasket de Francia de 2001- sabe que tiene que ir "piano piano. Llevo casi tres años y medio sin jugar ni entrenar. Me ha costado empezar. No estoy para meter 20 puntos ni para jugar 20 minutos. Si hubiese sido por Richi, habría jugado mucho antes".

Su cometido, por ahora, es dar descanso a la americana. "Aquí se pueden tener a todas las extranjeras -incluidas comunitarias- que quieras, pero solo puede jugar una". La siempre versátil tinerfeña ha tomado la batuta. "No tenemos base en el equipo".

Amén del cuidado de sus retoños, Mirchandani vive inmersa en el baloncesto. "Desde que estoy aquí he hecho de todo: he jugado, he tenido que dirigir un partido al estar sancionado Richi, soy su ayudante, entreno a niños...".

Todos los cometidos, siempre desde la misma óptica. "Se lo reitero a las jugadoras: hay que ser competitivas. Cuando estoy de ayudante tengo más mano izquierda, pero cuando me pongo a jugar soy súper competitiva. Le insisto incluso a los niños chicos".

La máxima competición femenina islandesa -"Premier League Women"- se caracteriza por ser una liga "muy física. Se permite mucho el contacto. Los árbitros no tienen un gran nivel, lo que hace que sea complicado". En relación a la competición española, Lidia Mirchandani entiende que el nivel se puede asemejar al de la "Liga Femenina-2".

Ya con heladas y temperaturas bajo cero jalonando el día a día de la familia González Mirchandani, el calor de la fiebre cestista no cesa. "Casi todos los niños del pueblo juegan al baloncesto. Hay canastas en casi todas las casas. Es un deporte en crecimiento que hay que profesionalizar un poco más", señala una tinerfeña que afronta una nueva etapa como jugadora. ¿Será la última? Vamos a referirnos a esta como la penúltima...