No tienen de qué preocuparse los habitantes de la Isla Bonita porque la palma a la que se refiere el título no es la isla sino un utensilio para barrer que inventó y patentó Nicolás Hernández Luis, trabajador -hoy de baja- de Urbaser, empresa concesionaria de la limpieza en el municipio de Santa Cruz. La propiedad de la que bautizó como "Nicopalm" ha llegado a la vía judicial porque le han salido algunas "imitaciones" que él rechaza porque considera que "básicamente es mi invento".

Nicolás nació en La Laguna hace 40 años y desde 2007 reside en el Suroeste de Santa Cruz. Allí, en el barrio de Los Alisios y otros cercanos, ejercía su tarea de barrendero desde 2008, cuando entró en la empresa.

Después de tener problemas en un hombre, Nico pensó en "idear un artilugio que me aliviara del peso de la palma natural que cuando está verde o tiene agua es de varios kilos, entre tres y cinco. El dolor era insoportable".

El parque de La Estrella en Santa María del Mar fue el lugar elegido para las primeras pruebas. En ese laboratorio, Nico fue desarrollando la palma formada totalmente por plástico, material tanto del agarre como de las láminas que sustituyen a las hojas de la palmera.

"A finales de 2014 y principios de 2015 -explica- comencé a sacar a la calle el producto solo para mí. Algunos se rieron, otros sacaron fotos y hubo quien me apodó como el patente, pero se quedaron con el invento. Algunos compañeros se interesaron por él y, tanto entonces como ahora, yo me siento orgulloso por eso".

Nico registró la palma en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) el 14 de octubre de 2015 y el 27 de febrero de 2016 le fue concedido el "título de Modelo de Utilidad" que le garantiza la exclusiva. Recuerda que "en todo el proceso para obtener la patente dejé de utilizarla".

Pero, apostilla, "después de plantearlo a la empresa me entero de que empiezan a aparecer en las calles palmas semejantes a la mía. En mi opinión, se trata de un simple plagio, por lo que solicité las medidas cautelares a la justicia, que de momento parece que me ha dado la razón".

Hernández Luis explica las "bondades" de su palma: "Al estar hecha por completo de plástico no raya los vehículos y la tira que le da forma es de material reciclado. Porque el corte de la palmera canaria no está bien visto desde la perspectiva ecologista. Tienen uno o dos días de vida. Cada dos son precisas unas 500 hojas. Basta multiplicar para preguntarse de dónde sale tanta hoja de palmera. Por no hablar de la difusión del picudo rojo o de hongos. Mi sistema es mucho mejor".

Un accidente doméstico ocurrido el año pasado acrecentó los problemas de movilidad de Nicolás en el brazo derecho y desde entonces está de baja laboral.

El protagonista de esta historia insiste en que "yo no quiero otra cosa sino que me reconozcan que soy el inventor de este utensilio para barrer las calles y no hagan plagio". Porque Nicolás tiene muy claro que "la palma es mía".

Medida cautelar

Esta misma semana, el juez ha aceptado la medida cautelar solicitada por Nicolás Hernández Luis para que no se trabaje en la calle con palmas similares a la inventada por él. Y si se detectaran deben ser retiradas. Hay 20 días hábiles para ello hasta el 11 de diciembre Lo valora: "Pues satisfecho porque yo reclamo la propiedad de invento". Precisamente, en su resolución de febrero del año pasado, la Oficina de Patentes precisaba: "Cumplidos los requisitos previstos en la vigente ley 11/1986, de 20 de marzo, de patentes se expide el presente título acreditativo de la concesión del Modelo de Utilidad".