Canarias es la región española que más empleo ha creado en 2016. Es un dato que deberíamos interpretar con optimismo, porque -al margen de la calidad de ese empleo, hoy cuestionada en foros políticos e incluso empresariales- marca una tendencia muy positiva, reflejada además por el extraordinario crecimiento del empleo en el tercer trimestre del pasado año. Sin embargo, Canarias sigue siendo una de las regiones españolas a la cola del empleo (la tercera, con casi un 22 por ciento de desempleo), y -a pesar del empujón- ni siquiera hemos logrado alcanzar el número de personas que se mantenían ocupadas en las islas a principios de la crisis. No es razonable, con el trabajo que se ha creado en los últimos años, principalmente en el sector de los servicios, que sigamos así, 31.000 empleos por debajo de lo que teníamos en 2007...

Los políticos tienden a responsabilizar de esa situación a los empresarios, especialmente a los del sector turístico, motor de la economía canaria, a los que se acusa de no estar creando empleo suficiente, de mirar más por su beneficio. Los empresarios señalan como culpable al sistema de formación de las islas, que ha demostrado su incapacidad para proporcionar a las empresas los profesionales cualificados que hacen falta. Los sindicatos se refieren a la situación paupérrima en muchas empresas, a los sueldos bajos que desincentivan a muchos trabajadores que cobran el paro o los distintos subsidios, y que prefieren no trabajar que hacerlo por muy poco más de lo que reciben sin hacer nada.

Lo cierto es que la situación de desempleo en las islas responde a distintos factores, pero se explica sobre todo por el brutal incremento de la población activa, que ha crecido un diez por ciento en relación con la existente antes de la crisis. Estamos a 31.000 empleos de tener el previo a la crisis, pero también diez puntos por encima de lo que estábamos entonces en desempleo. Curiosamente, la media nacional sigue siendo prácticamente la misma (el crecimiento no llega siquiera al uno por ciento), por lo que lo ocurrido en Canarias resulta a veces difícil de entender. Sin embargo, no lo es en absoluto: el aumento de la población activa se produce fundamentalmente por dos factores perfectamente medidos. Uno es la incorporación de las mujeres al trabajo (que en Canarias se ha realizado de forma masiva en los últimos años, con algo de retraso sobre otras regiones españolas). En Canarias trabajan hoy 12.000 mujeres más que antes de la crisis, por casi 43.000 hombres menos. Una curiosa tendencia?

El otro factor que explica el aumento de la población activa es la llegada de trabajadores comunitarios. Los trabajadores de otras regiones españolas, o los no comunitarios, son hoy en Canarias menos de los que había en el 2007. A cambio, han llegado 41.400 trabajadores comunitarios, que ya no buscan solo los puestos más cualificados y mejor pagados (italianos, ingleses, alemanes) sino también los peor retribuidos (rumanos y búlgaros). Para muchos ciudadanos del Este de Europa un sueldo de 800 o 900 euros es más que digno de ser tenido en cuenta. Tanto como para venirse desde el frío a Canarias para ocuparlo. El mundo cambia muy velozmente, y por aquí andamos a veces un poco distraídos, ensimismados en nosotros mismos.