Lo que para otros destinos turísticos podría ser un elemento de alta preocupación y casi alarma, en Canarias parece que se torna en un potencial beneficio. Así concibe el consejero de Turismo, Isaac Castellano, la reciente quiebra de las compañías aéreas de bajo coste Air Berlin y Monarch, principalmente porque el cierre de la primera, lejos de perjudicar las conexiones con las Islas desde Alemania, ha hecho que, por la venta de sus aviones y otros activos a otras dos empresas, se incrementen las previsiones de conectividad para la temporada de invierno en un 14%.

Para Castellano, esto es un fiel reflejo de lo preparado que está el turismo canario para afrontar casi cualquier eventualidad de este tipo por la gran diversificación del mercado que ha ido logrando. Por eso, y aunque han constatado un descenso del 9% de la conectividad con el mercado británico por el cierre de Monarch, espera que la venta también de sus activos y flota propicie resultados similares a los de Air Berlin.

Esta empresa alemana quebrada ha vendido su flota a otras sociedades de bajo coste, como Niki y Aerowings, y el efecto ha sido el citado aumento del 14% de plazas turísticas para la temporada de invierno desde el país germano, uno de los principales emisores.

Pese a este optimismo, el diputado socialista Gustavo Matos, que le preguntó a Castellano por estos reajustes en las compañías de bajo coste en el último pleno regional, pide un seguimiento exhaustivo dado que estas empresas han ido creciendo de forma palpable su presencia y uso por los propios canarios, hasta alcanzar ya el 23% del total. Una relevancia que demuestra el hecho de que, de enero a septiembre de este año, 4,5 millones de pasajeros han usado las llamadas "low cost" para desplazarse hasta o desde las Islas.

Por eso, advirtió de que solo la quiebra de Monarch dejó en tierra a unos 12.000 pasajeros que querían venir a Canarias. Sin embargo, Castellano fue más allá y, si bien indicó que la clausura de esta empresa, de momento, ha cancelado 670.000 plazas hacia el Archipiélago, lo que representa una media de 500.000 pasajeros, remarcó que el precedente de Air Berlin le hace ser optimista. Y lo mismo con la cancelación de vuelos de Ryanair, con un total de 20.000 hacia todos los destinos, según recalcó Matos, toda vez que, en las Islas, "solo" ha supuesto la pérdida de 10 rutas de la línea de Gran Canaria-Glasgow, lo que apenas representa un 0,3% del total.

El consejero fundamenta sus buenas percepciones en el hecho de que la propia Ryanair ha aumentado sus vuelos a España, Alemania y Polonia, con lo que el efecto global en las Islas es "imperceptible".

Sus explicaciones aliviaron el temor de Matos, quien, no obstante, exige seguir muy atentos a los movimientos en las compañías de bajo coste, sobre todo atendiendo a su creciente presencia en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife, y porque su relevancia no solo obliga a mimarlas, sino a prever cualquier cambio por reajustes. De hecho, dijo que la competencia entre ellas ha sido clave en la reducción del coste de los billetes para los propios canarios, más allá de la subvención a pasajes y tasas.