La octava edición de los Premios Réplica de las Artes Escénicas se clausuró ayer en el Auditorio Capitol de Tacoronte, en el transcurso de una gala en la que se concedieron los galardones en las distintas modalidades.

La apertura de la ceremonia corrió a cargo del presidente de la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Canarias, Ricardo del Castillo, quien agradeció a los colaboradores su apoyo y se mostró crítico al afirmar que "el acceso a la cultura debe ser plural e independiente; es un derecho del ciudadano que todos tenemos el deber de salvaguardar, máxime los responsables de las administraciones públicas".

En su intervención, Del Castillo puso el énfasis en la necesidad de reivindicar la libertad de expresión y la libertad de creación. "Sin ellas no hay democracia que se precie de serlo, ni hay reflexión, ni posibilidad de progreso", dijo. "En el ámbito de lo público debemos regirnos por la ley, bajo ningún concepto por la moral. Porque la primera tiene que ver con lo público y la segunda con lo individual", para despedirse con un "¡Hasta luego, Lucas!".

Este año, la compañía Abubukaka fue la encargada de conducir y presentar la gala, una ceremonia que estuvo salpicada de momentos cómicos y también de guiños a las obras finalistas, con el trasfondo, más reflexivo, de la censura que, a su juicio, se está ejerciendo sobre las expresiones artísticas y sus dificultades y necesidades para salir adelante.

Desde el pasado día 13 y hasta el sábado, 19 de noviembre, por las tablas del Auditorio Capitol de Tacoronte se representaron ante el público los montajes "Lacura", de la compañía Impulso; "Siempre Alice", a cargo de Drama Producciones; "La charca inútil", un montaje de Platónica Teatro; "Corredera", una puesta en escena de Profetas de Mueble Bar; "El buen samaritano",representado por la compañía Morfema, y "Raíces cortadas", de La República.