El informe de tendencias del mercado inmobiliario canario en 2017 realizado por la empresa Gesvalt confirma lo que ya apuntan todos los indicadores: el precio de la vivienda en alquiler ha iniciado una escalada que, en el caso de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, es "fortísimo", aunque los costes continúan siendo mayores en las islas orientales.

Luis Martín Guirado, director de Desarrollo de Negocio de la empresa de tasación de inmuebles, presentó ayer el documento junto al presidente de la patronal de la construcción de la provincia, Óscar Izquierdo, quien calificó de "muy positivos" los datos sobre la evolución del negocio inmobiliario, por cuanto corroboran que la actividad constructora "vuelve a tener el peso en la sociedad que siempre tuvo y que se vio oscurecido durante la crisis".

Dos causas explican el incremento que experimenta el alquiler en el Archipiélago: el auge de las viviendas vacacionales, que retiran del mercado inmuebles antes destinados al alquiler residencial, y que los jóvenes parecen apostar más por el arrendamiento que por la compra. "Las nuevas generaciones están orientando sus soluciones residenciales al alquiler más que a la compra, y eso estresa los precios", constató Martín Guirado.

Aunque los precios de los pisos en alquiler son más altos en la provincia de Las Palmas -sobre todo en Fuerteventura y Lanzarote-, durante el último año han subido más en la de Santa Cruz de Tenerife, donde rondan los ocho euros el metro cuadrado frente a los aproximadamente diez de la demarcación oriental. La tensión al alza se registra, sobre todo, en La Gomera, El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura, a las que hay que unir la "clara recuperación" que presenta Tenerife.

A juicio de Martín Guirado, el ajuste de los precios debe determinarlo el mercado. El director de Desarrollo de Negocio de Gesvalt abogó por un aumento de la oferta -además de por medidas públicas que faciliten el acceso a la vivienda- para contener un posible desbocamiento de las cantidades que se piden por un piso en alquiler. "Tiene que haber suelo disponible para el desarrollo de la oferta y controlar el furtivismo en el alquiler. Es necesaria una supervisión fuerte del alquiler vacacional", sostuvo.

En cuanto a la venta, los precios han crecido en Canarias un 6% de media en el último año, pero siguen un 30% por debajo de los que se marcaban en 2007, cuando se alcanzaron los máximos. También se ha producido un alza del 10% en el volumen de transacciones y un incremento superior al 50% en las hipotecas firmadas.

El Instituto Canario de la Vivienda (ICV) está buscando suelo para construir y captando "stock" para ampliar el parque público residencial y dar una respuesta a las alrededor de 10.000 familias que demandan un lugar donde vivir pero no tienen posibilidad de encontrarlo en el mercado privado. La directora del Icavi, Pino de León, participó ayer en la jornada "Sector inmobiliario, el impulso de la economía canaria", organizada por Fepeco y Gesvalt, en la que aportó la visión de la administración pública.

De León recordó que unas 20.000 familias residen ya en viviendas sociales en las Islas. Se refirió, además, a las ayudas que impulsa la Consejería de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno regional para favorecer el acceso al alquiler. "Acabamos de tener una convocatoria y hemos puesto más de cinco millones de euros", detalló.

El alquiler vacacional, objeto de debate social y en proceso de revisión de su regulación, fue protagonista de la jornada. Un 8% de los turistas que visitan el Archipiélago opta por esta modalidad alojativa, lo que representa un alza del 25% en relación a los ejercicios anteriores. Así consta en el informe de Gesvalt sobre el mercado inmobiliario de Canarias en 2017. Sin embargo, según este mismo estudio, la oferta de viviendas turísticas ha descendido de forma ligera respecto a 2016: 170.000 plazas, agrupadas en 30.000 viviendas, un 1,4% menos que el año pasado.

Si los extranjeros -como principales clientes del turismo en la región- tienen un destacado peso en el mercado del alquiler, también lo tienen en el de venta. Entre un 15% y un 20% de la compra corresponde a segundas residencias vacacionales. Un 40% de quienes las adquieren son foráneos, en especial británicos, escandinavos, franceses, belgas y rusos.